El poder nunca se gana, siempre se es conferido. Todos somos tan libres que hasta podemos elegir ser esclavos. (RC)
Creer que un enemigo débil no puede dañarnos, es creer que una chispa no puede causar un incendio.
Si soy lo que tengo, y lo que tengo lo pierdo, entonces: ¿Quién soy?
En la tierra hay suficiente como para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos.
Algo difícil de aprender es que puentes hay que cruzar, y que puentes hay que quemar.
viernes, 15 de diciembre de 2017
martes, 5 de diciembre de 2017
El deseo
El joven caminaba distraído por la playa. De pronto encontró una lámpara, similar a la de Aladín, y mirando hacia todos lados, pensó: "Si alguien me viera frotándola, me sentiría ridículo, pero ¿que tengo que perder?
La froto suavemente y, sorpresa, desde su interior salió un genio que le dijo:
-Por haberme liberado, te concedo un deseo.-
-¿"un" deseo? ¿sólo uno? - dijo el muchacho.
-Sí, sólo uno y piénsalo muy bien antes de pedírmelo.-
El joven lo miro varios segundos hasta que decidió lo que quería, pero primero preguntó:
-Me vas a conceder lo que sea que te pida, sin trampa?.
- Si.- fue la respuesta.
-Mi deseo es que me concedas dos deseos.-
El genio no sabía que contestarle y no encontraba argumentos para negar lo que le pedía; por lo tanto aceptó.
-Habla.- Le dijo.
Mi primer deseo es que mis ganancias mensuales de dinero, se multipliquen por un millón.-
-Hecho. ¿Y el segundo deseo?
-Mi segundo deseo es que me concedas dos deseos...
Rubén Chamorro Nov17
La froto suavemente y, sorpresa, desde su interior salió un genio que le dijo:
-Por haberme liberado, te concedo un deseo.-
-¿"un" deseo? ¿sólo uno? - dijo el muchacho.
-Sí, sólo uno y piénsalo muy bien antes de pedírmelo.-
El joven lo miro varios segundos hasta que decidió lo que quería, pero primero preguntó:
-Me vas a conceder lo que sea que te pida, sin trampa?.
- Si.- fue la respuesta.
-Mi deseo es que me concedas dos deseos.-
El genio no sabía que contestarle y no encontraba argumentos para negar lo que le pedía; por lo tanto aceptó.
-Habla.- Le dijo.
Mi primer deseo es que mis ganancias mensuales de dinero, se multipliquen por un millón.-
-Hecho. ¿Y el segundo deseo?
-Mi segundo deseo es que me concedas dos deseos...
Rubén Chamorro Nov17
Otro poco de humor
Un señor viaja en su auto y se percata de que esta perdido. Maniobra y pregunta a un hombre que caminaba por el costado del camino:
-Disculpe... ¿podría usted ayudarme? He quedado en encontrarme a las 14:00hs con un amigo. Llevo media hora de retraso y no sé donde me encuentro.
-Claro que si. - Le contesta- se encuentra usted en un auto, a unos 7km del centro de la ciudad, entre 40 y 42 grados de latitud norte y entre 58 y 60 de longitud oeste.
-¿Es usted ingeniero, ¿verdad?- dice el del coche.
-Si señor, lo soy ¿Cómo lo adivinó?
-Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es "técnicamente correcto", pero "prácticamente inútil". Continúo perdido, llegare tarde y no se que hacer con su información.
-Usted es político ¿Verdad?- pregunta el de la calle.
En efecto.- responde orgullosamente el del vehículo. -¿Cómo lo supo?
Porque no sabe dónde esta ni hacia donde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, esta usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón, parece que la culpa es mía.
-Disculpe... ¿podría usted ayudarme? He quedado en encontrarme a las 14:00hs con un amigo. Llevo media hora de retraso y no sé donde me encuentro.
-Claro que si. - Le contesta- se encuentra usted en un auto, a unos 7km del centro de la ciudad, entre 40 y 42 grados de latitud norte y entre 58 y 60 de longitud oeste.
-¿Es usted ingeniero, ¿verdad?- dice el del coche.
-Si señor, lo soy ¿Cómo lo adivinó?
-Muy sencillo, porque todo lo que me ha dicho es "técnicamente correcto", pero "prácticamente inútil". Continúo perdido, llegare tarde y no se que hacer con su información.
-Usted es político ¿Verdad?- pregunta el de la calle.
En efecto.- responde orgullosamente el del vehículo. -¿Cómo lo supo?
Porque no sabe dónde esta ni hacia donde se dirige, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, esta usted exactamente en la misma situación que estaba antes de preguntarme, pero ahora, por alguna extraña razón, parece que la culpa es mía.
lunes, 4 de diciembre de 2017
El bar
Encontré en mi camino una ferretería. Mire los precios de un montón de herramientas que ya no necesitaba y, seguramente, no necesitaría nunca, pero es un comercio en el que me gusta detenerme a ver lo que ofrece. En la vidriera, abajo a la derecha, vi con cierto asombro, una tijera de mano para podar que, hace años, intente comprar. La busque en una veintena de negocios y no la pude conseguir en su momento... a buena hora la encuentro. Pero ya no importa. Lo que me interesa, ahora, es ir a tomar un café. En las diez cuadras que recorrí no vi ningún bar, lo que me hace suponer que no faltara mucho para encontrar uno. Lo mismo me ocurre cuando espero un colectivo; después de esperar media hora, no me voy caminando porque pienso: "si hace tanto que no viene ninguno, entonces el bondi debe estar por llegar..."
No me equivoqué, esta vez. Mesitas en la vereda, a pleno sol; con sombrillas que desparraman su sombra por cualquier parte, menos sobre las mesas o sillas. Imposible sentarse afuera en un día tan caluroso. Por suerte había pocas personas en el local, y la que siempre es mi mesa favorita, estaba desocupada. En un rincón y junto a la ventana. Desde esa ubicación, siempre, en cualquier bar, hay una buena vista general. Todo lo que me rodea esta accesible para satisfacer mi incansable curiosidad. Mirar y ver mi entorno. Nunca me dejare atrapar por la pantalla de un celular. Es muy frecuente que cuando alguien descubre un paisaje fantástico, da un paso atrás y saca una foto; mira la realidad desde una pantalla, y ese no es mi caso.
En las paredes, sin revocar, pero bien barnizadas, hay todo tipo de objetos que usualmente serían considerados desperdicios, pero aquí están decorando. Y quedan muy bien; no sé porque los veo elegantes. Chapas patentes viejas, partes de bicicletas, una licuadora, el volante de un viejo Torino, un paragolpes cromado (probablemente del mismo auto), y un tarro lechero, entre otras cosas; le dan un lindo aspecto al lugar. Lo curioso es que en el galponcito de mi casa, tengo tantos o más cachivaches que aquí y sin embargo, el lugar tiene un aspecto casi desastroso. Si le instalara una máquina de café, una mesa y me vistiera de mozo ¿lo vería lindo y agradable...?
Siempre me pregunto: ¿Qué es lo que le da elegancia a un lugar decorado con chapas oxidadas o aparatos rotos y viejos, sobre paredes sin revocar? Probablemente sea el aroma del café, o el de los fiambres, o las facturas recién horneadas, o la música de Sabina, que tanto me gusta, contando historias de amores ganados o perdidos, o la tranquilidad que se percibe en los que van a desayunar, alejándose de la locura cotidiana. hay un señor bastante mayor que yo, que no es poco, a quien el cortado se le enfrió hace varias páginas de su libro y la medialuna se entibió al sol que entra por el vidrio manchado de calcomanías despegadas y letras borroneadas. Una pareja joven conversa y escriben y dibujan, en un cuaderno que giran y giran, hasta que él se levanta y se sienta junto a ella; distingo en eso un proyecto que está comenzando a tomar forma. Sonrientes. Los dos con los codos sobre la mesa, ella apoya la frente sobre la mano, la mano de él frota su mentón como buscando una respuesta...
El perro lazarillo emite un ladrido suave, al tiempo que su dueño extiende su brazo y dibuja algo en el aire, pidiendo la cuenta; con la certeza de que el mozo ya lo miró. No veo a nadie exasperado o nervioso. Eso baja mi ansiedad y noto que yo tampoco, ahora, me siento con la necesidad de salir corriendo, aunque no tengo que cumplir ningún horario. La ansiedad es contagiosa. Muchas veces me apuro sólo porque los que me rodean están apurados; corro por la aceleración de otros. Me río cuando me percato de esto. Aquí es como que todos bajamos un cambio.
El mozo acaricia al perro y apoya su mano en el hombro del cliente, intercambian algunas palabras que no escucho, pero se ríen con ganas y se despiden amigablemente.
Miro por la ventana y veo gente que gesticula ampulosamente, mientras hablan por celular; otros no pueden esperar que se detengan los autos y se cruzan peligrosamente entre ellos. Dos muchachos se cruzan y saludan sin detenerse. No tienen tiempo. Sus respectivos aparatitos adheridos a las manos izquierdas, los conectan con todo el mundo pero no les dejan un minuto libre para intercambiar algunas palabras personalmente.
Mi café también se empezó a enfriar y lo apuro de un sorbo; mis medialunas ya son historia y la ferretería ya debe estar abierta. Voy a comprar esa tijera. Después de todo es bueno, cada tanto y en la medida de lo posible, adquirir algo que se quiere solo porque se quiere y no porque se necesite.
Extiendo mi brazo y hago un dibujo en el aire, mirando hacia el mostrador. El mozo me mira y viene con gesto sonriente y amigable,
Rubén Chamorro Dic17
No me equivoqué, esta vez. Mesitas en la vereda, a pleno sol; con sombrillas que desparraman su sombra por cualquier parte, menos sobre las mesas o sillas. Imposible sentarse afuera en un día tan caluroso. Por suerte había pocas personas en el local, y la que siempre es mi mesa favorita, estaba desocupada. En un rincón y junto a la ventana. Desde esa ubicación, siempre, en cualquier bar, hay una buena vista general. Todo lo que me rodea esta accesible para satisfacer mi incansable curiosidad. Mirar y ver mi entorno. Nunca me dejare atrapar por la pantalla de un celular. Es muy frecuente que cuando alguien descubre un paisaje fantástico, da un paso atrás y saca una foto; mira la realidad desde una pantalla, y ese no es mi caso.
En las paredes, sin revocar, pero bien barnizadas, hay todo tipo de objetos que usualmente serían considerados desperdicios, pero aquí están decorando. Y quedan muy bien; no sé porque los veo elegantes. Chapas patentes viejas, partes de bicicletas, una licuadora, el volante de un viejo Torino, un paragolpes cromado (probablemente del mismo auto), y un tarro lechero, entre otras cosas; le dan un lindo aspecto al lugar. Lo curioso es que en el galponcito de mi casa, tengo tantos o más cachivaches que aquí y sin embargo, el lugar tiene un aspecto casi desastroso. Si le instalara una máquina de café, una mesa y me vistiera de mozo ¿lo vería lindo y agradable...?
Siempre me pregunto: ¿Qué es lo que le da elegancia a un lugar decorado con chapas oxidadas o aparatos rotos y viejos, sobre paredes sin revocar? Probablemente sea el aroma del café, o el de los fiambres, o las facturas recién horneadas, o la música de Sabina, que tanto me gusta, contando historias de amores ganados o perdidos, o la tranquilidad que se percibe en los que van a desayunar, alejándose de la locura cotidiana. hay un señor bastante mayor que yo, que no es poco, a quien el cortado se le enfrió hace varias páginas de su libro y la medialuna se entibió al sol que entra por el vidrio manchado de calcomanías despegadas y letras borroneadas. Una pareja joven conversa y escriben y dibujan, en un cuaderno que giran y giran, hasta que él se levanta y se sienta junto a ella; distingo en eso un proyecto que está comenzando a tomar forma. Sonrientes. Los dos con los codos sobre la mesa, ella apoya la frente sobre la mano, la mano de él frota su mentón como buscando una respuesta...
El perro lazarillo emite un ladrido suave, al tiempo que su dueño extiende su brazo y dibuja algo en el aire, pidiendo la cuenta; con la certeza de que el mozo ya lo miró. No veo a nadie exasperado o nervioso. Eso baja mi ansiedad y noto que yo tampoco, ahora, me siento con la necesidad de salir corriendo, aunque no tengo que cumplir ningún horario. La ansiedad es contagiosa. Muchas veces me apuro sólo porque los que me rodean están apurados; corro por la aceleración de otros. Me río cuando me percato de esto. Aquí es como que todos bajamos un cambio.
El mozo acaricia al perro y apoya su mano en el hombro del cliente, intercambian algunas palabras que no escucho, pero se ríen con ganas y se despiden amigablemente.
Miro por la ventana y veo gente que gesticula ampulosamente, mientras hablan por celular; otros no pueden esperar que se detengan los autos y se cruzan peligrosamente entre ellos. Dos muchachos se cruzan y saludan sin detenerse. No tienen tiempo. Sus respectivos aparatitos adheridos a las manos izquierdas, los conectan con todo el mundo pero no les dejan un minuto libre para intercambiar algunas palabras personalmente.
Mi café también se empezó a enfriar y lo apuro de un sorbo; mis medialunas ya son historia y la ferretería ya debe estar abierta. Voy a comprar esa tijera. Después de todo es bueno, cada tanto y en la medida de lo posible, adquirir algo que se quiere solo porque se quiere y no porque se necesite.
Extiendo mi brazo y hago un dibujo en el aire, mirando hacia el mostrador. El mozo me mira y viene con gesto sonriente y amigable,
Rubén Chamorro Dic17
lunes, 20 de noviembre de 2017
Las mujeres de verdad (Mónica Ferreto)
Las mujeres de verdad tienen curvas, o no. Usan una 34 o una 42. O la talla que les da la gana. No permiten que un número las condicione.
Las mujeres de verdad tienen hijos y envejecen felices viéndolos crecer, o eligen no tenerlos y envejecen exactamente igual. Se casan o son solteras. Y no consienten que ni su vida ni su felicidad dependan en exclusiva de ello.
Las mujeres de verdad hacen el amor, o cogen. Disfrutan y no se averguenzan. No van pidiendo perdón por ser como son: altas, bajas, delgadas, gordas, guapas o feas.
Las mujeres de verdad tienen el culo grande, o pequeño. Muchas tetas, o pocas, o ya no tienen. Usan tanga culote o nada. Se depilan si les da la gana. Tienen la piel blanca, o la piel oscura; la piel tersa o con arrugas.
Las mujeres de verdad sonríen mucho, o sonríen poco. Y no pasa nada.
Las mujeres de verdad no tienen miedo de estar solas, porque han comprendido que ese miedo únicamente las conduce a conformarse con las excusas, con las mitades, con las dudas, con las sobras, con la condescendencia, con las caricias en el lomo; con las "ya veremos", los "quiza", los "puede", los "tal vez", los "el tiempo dirá"; con la incertidumbre, con las puertas entreabiertas, con los "perdón" a destiempo. Que ese miedo les lleva esperar, a justificar, a demandar, a sentirse culpables, a querer de más, a quererse de menos.
Las mujeres de verdad han decidido que su felicidad depende únicamente de esa mujer que ven cada mañana frente al espejo, esa mujer a la que, por fin, han aprendido a amar.
Las mujeres de verdad son cada día más fuertes, más sabias, más valientes, más auténticas. Han entendido que las migajas no son una opción, que se merecen la tinta entera, que con la ilusión no se juega, que quien las pierde es el que pierde, que la cobardía no tiene excusa y las excusas no tienen perdón, que querer es sencillo, que el amor no duele.
Las mujeres de verdad le han ganado la batalla al rencor, al odio, al miedo. Han vuelto a confiar en sí mismas, a valorarse, a respetarse, a atreverse. Han aprendido a marcharse a tiempo, a dejar de querer cuando era el momento. Las mujeres de verdad han comprendido que el miedo no es estar solas, sino estar con alguien que les haga sentir solas.
Las mujeres de verdad han dejado de pedir perdón por decir lo que piensan y mucho menos por hacer lo que dicen.
Las mujeres de verdad han empezado a disfrutar de la vida sin remordimientos y han descubierto que no hay nada de malo en hacer lo que quieren si les hace feliz.
Las mujeres de verdad han dejado de permitir que nadie las haga sentir culpables ni avergonzarse de ser quienes son.
Las mujeres de verdad no necesitan que nadie les diga lo que son, porque ya lo saben.
(Gracias Mónica Ferreto por colaborar en este blog)
Las mujeres de verdad tienen hijos y envejecen felices viéndolos crecer, o eligen no tenerlos y envejecen exactamente igual. Se casan o son solteras. Y no consienten que ni su vida ni su felicidad dependan en exclusiva de ello.
Las mujeres de verdad hacen el amor, o cogen. Disfrutan y no se averguenzan. No van pidiendo perdón por ser como son: altas, bajas, delgadas, gordas, guapas o feas.
Las mujeres de verdad tienen el culo grande, o pequeño. Muchas tetas, o pocas, o ya no tienen. Usan tanga culote o nada. Se depilan si les da la gana. Tienen la piel blanca, o la piel oscura; la piel tersa o con arrugas.
Las mujeres de verdad sonríen mucho, o sonríen poco. Y no pasa nada.
Las mujeres de verdad no tienen miedo de estar solas, porque han comprendido que ese miedo únicamente las conduce a conformarse con las excusas, con las mitades, con las dudas, con las sobras, con la condescendencia, con las caricias en el lomo; con las "ya veremos", los "quiza", los "puede", los "tal vez", los "el tiempo dirá"; con la incertidumbre, con las puertas entreabiertas, con los "perdón" a destiempo. Que ese miedo les lleva esperar, a justificar, a demandar, a sentirse culpables, a querer de más, a quererse de menos.
Las mujeres de verdad han decidido que su felicidad depende únicamente de esa mujer que ven cada mañana frente al espejo, esa mujer a la que, por fin, han aprendido a amar.
Las mujeres de verdad son cada día más fuertes, más sabias, más valientes, más auténticas. Han entendido que las migajas no son una opción, que se merecen la tinta entera, que con la ilusión no se juega, que quien las pierde es el que pierde, que la cobardía no tiene excusa y las excusas no tienen perdón, que querer es sencillo, que el amor no duele.
Las mujeres de verdad le han ganado la batalla al rencor, al odio, al miedo. Han vuelto a confiar en sí mismas, a valorarse, a respetarse, a atreverse. Han aprendido a marcharse a tiempo, a dejar de querer cuando era el momento. Las mujeres de verdad han comprendido que el miedo no es estar solas, sino estar con alguien que les haga sentir solas.
Las mujeres de verdad han dejado de pedir perdón por decir lo que piensan y mucho menos por hacer lo que dicen.
Las mujeres de verdad han empezado a disfrutar de la vida sin remordimientos y han descubierto que no hay nada de malo en hacer lo que quieren si les hace feliz.
Las mujeres de verdad han dejado de permitir que nadie las haga sentir culpables ni avergonzarse de ser quienes son.
Las mujeres de verdad no necesitan que nadie les diga lo que son, porque ya lo saben.
(Gracias Mónica Ferreto por colaborar en este blog)
viernes, 20 de octubre de 2017
Un poco de humor !
Me pregunto: Si Supergirl es la chica de "acero" y las balas no la dañan...¿como es posible que tenga aros?
Cuando un avión baja (aterriza) se dice que "Arriba" y cuando despega (se eleva de trompa) se dice que "decola".
Si los sanguches de miga son "simples" porque tienen una sola capa de relleno, ¿Los triples no deberían ser dobles?
Y si son triples por tener tres capas de pan ¿los "simples no deberían ser dobles?
Grafitis:
Nunca pude estudiar derecho (El jorobado de Notre Dame)
El auto nunca reemplazara al caballo (La yegua)
Me molesta la gente que no da la cara (Anónimo)
Cuando un avión baja (aterriza) se dice que "Arriba" y cuando despega (se eleva de trompa) se dice que "decola".
Si los sanguches de miga son "simples" porque tienen una sola capa de relleno, ¿Los triples no deberían ser dobles?
Y si son triples por tener tres capas de pan ¿los "simples no deberían ser dobles?
Grafitis:
Nunca pude estudiar derecho (El jorobado de Notre Dame)
El auto nunca reemplazara al caballo (La yegua)
Me molesta la gente que no da la cara (Anónimo)
martes, 3 de octubre de 2017
Las máscaras del teatro
Las tan conocidas máscaras del teatro representan a Talía y Melpómene.
Talía es la musa de la comedia, presidía los banquetes animados por la música y el canto. Lleva por atributos: una corona de hiedra y en la mano, una máscara sonriente.
Melpómene es la musa de la tragedia, se la representa como una matrona majestuosa y calzando el cornuto; en una de sus manos sostiene un cetro y una corona, y en la otra, un puñal.
Talía es la musa de la comedia, presidía los banquetes animados por la música y el canto. Lleva por atributos: una corona de hiedra y en la mano, una máscara sonriente.
Melpómene es la musa de la tragedia, se la representa como una matrona majestuosa y calzando el cornuto; en una de sus manos sostiene un cetro y una corona, y en la otra, un puñal.
Escribiendo sin "U"
Escribiendo sin "u" puedo hablar hasta el cansancio de mí, de lo mío, del yo, de lo que tengo, de lo que me pertenece... Hasta puedo escribir de él, de ellos y de los otros. Pero sin "u" no puedo hablar de ustedes, del tú, de lo vuestro. No puedo hablar de lo suyo, de lo tuyo, ni siquiera de lo nuestro. Así me pasa... a veces pierdo la "u" y dejo de poder hablarte, pensarte, amarte, decirte.
Sin "u", yo me quedo pero tú desapareces... y sin poder nombrarte ¿cómo podría disfrutarte?
En cuanto sepa quien es el autor, lo escribo al pie ¡de inmediato !
Sin "u", yo me quedo pero tú desapareces... y sin poder nombrarte ¿cómo podría disfrutarte?
En cuanto sepa quien es el autor, lo escribo al pie ¡de inmediato !
¿Sirena o ballena?
Esta historia me la hizo llegar una amiga hace no mucho tiempo...
Hace un tiempo, se vio en las calles de San Pablo, un afiche de una de las cadenas de gimnasios más renombradas de Brasil, con la foto de una chica escultural y la siguiente frase:
"Este verano, ¿querés ser sirena o ballena?"
Una mujer de San Pablo (cuyas características físicas no trascendieron), le envió esta nota a la empresa como respuesta:
"Las ballenas están siempre rodeadas de amigos. Tienen una vida sexual activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas. Las ballenas amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan comiendo camarones.
También juegan en el agua y nadan por ahí, surcan los mares, conoces lugares maravillosos, como los hielos de la Antártida y los arrecifes de coral de Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta hay quienes grabaron en cd´s esas canciones.
Son enormes y casi no tienen predadores naturales. Ellas tienen una vida bien resuelta, son amadas, admiradas y hasta tienen organizaciones internacionales que se ocupan de sus problemas.
En cambio, las sirenas NO existen. Si existieran, vivirían en permanente crisis existencial. ¿soy un pez o un ser humano? se preguntarían. No tienen hijos, pués matan a los hombres que se encantan con sus canciones y su belleza... y no tienen por dónde hacer el amor. Son bonitas si, pero tristes y siempre solitarias.
¡Prefiero ser ballena!; si me quedaba alguna duda, ya quedó desterrada. En estos tiempos de mujeres anoréxicas y bulímicas, en que la prensa, las revistas, el cine y la tele, nos meten a la fuerza en la cabeza, que sólo las flacas son bellas, este mensaje trae nuevas esperanzas a las "ballenitas" y ¿por qué no? a las sirenitas, que no descansan un segundo pensando en su apariencia exterior. Yo prefiero disfrutar un helado junto a la sonrisa cómplice de quien me acompaña, una copa de vino con un hombre que me haga vibrar y una pizza exquisita, que me quieren por lo que soy y no por cómo luzco.
(Gracias Angela por colaborar con este blog !)
Hace un tiempo, se vio en las calles de San Pablo, un afiche de una de las cadenas de gimnasios más renombradas de Brasil, con la foto de una chica escultural y la siguiente frase:
"Este verano, ¿querés ser sirena o ballena?"
Una mujer de San Pablo (cuyas características físicas no trascendieron), le envió esta nota a la empresa como respuesta:
"Las ballenas están siempre rodeadas de amigos. Tienen una vida sexual activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas. Las ballenas amamantan. Son amigas de los delfines y se lo pasan comiendo camarones.
También juegan en el agua y nadan por ahí, surcan los mares, conoces lugares maravillosos, como los hielos de la Antártida y los arrecifes de coral de Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta hay quienes grabaron en cd´s esas canciones.
Son enormes y casi no tienen predadores naturales. Ellas tienen una vida bien resuelta, son amadas, admiradas y hasta tienen organizaciones internacionales que se ocupan de sus problemas.
En cambio, las sirenas NO existen. Si existieran, vivirían en permanente crisis existencial. ¿soy un pez o un ser humano? se preguntarían. No tienen hijos, pués matan a los hombres que se encantan con sus canciones y su belleza... y no tienen por dónde hacer el amor. Son bonitas si, pero tristes y siempre solitarias.
¡Prefiero ser ballena!; si me quedaba alguna duda, ya quedó desterrada. En estos tiempos de mujeres anoréxicas y bulímicas, en que la prensa, las revistas, el cine y la tele, nos meten a la fuerza en la cabeza, que sólo las flacas son bellas, este mensaje trae nuevas esperanzas a las "ballenitas" y ¿por qué no? a las sirenitas, que no descansan un segundo pensando en su apariencia exterior. Yo prefiero disfrutar un helado junto a la sonrisa cómplice de quien me acompaña, una copa de vino con un hombre que me haga vibrar y una pizza exquisita, que me quieren por lo que soy y no por cómo luzco.
(Gracias Angela por colaborar con este blog !)
Los deseos de Alejandro
Los tres últimos deseos de Alejandro Magno (no me consta, pero cuentan que...)
Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus últimos tres deseos:
1) Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2)Que los tesoros que había conquistado, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3)Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le pregunto cuáles eran sus razones y Alejandro le contestó:
1) Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí pertenecen.
3) Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
"El tiempo" es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando se lo dedicamos a una persona, le entregamos una porción de nuestra vida, porque el tiempo es vida.
Alejandro convocó a sus generales y les comunicó sus últimos tres deseos:
1) Que su ataúd fuese llevado en hombros y transportado por los mejores médicos de la época.
2)Que los tesoros que había conquistado, fueran esparcidos por el camino hasta su tumba.
3)Que sus manos quedaran balanceándose en el aire, fuera del ataúd y a la vista de todos.
Uno de sus generales, asombrado por tan insólitos deseos, le pregunto cuáles eran sus razones y Alejandro le contestó:
1) Quiero que los más eminentes médicos carguen mi ataúd para así mostrar que ellos no tienen, ante la muerte, el poder de curar.
2) Quiero que el suelo sea cubierto por mis tesoros, para que todos puedan ver que los bienes materiales aquí conquistados, aquí pertenecen.
3) Quiero que mis manos se balanceen al viento, para que las personas puedan ver que vinimos con las manos vacías y con las manos vacías partimos, cuando se nos termina el más valioso tesoro que es el tiempo.
"El tiempo" es el tesoro más valioso que tenemos porque es limitado. Podemos producir más dinero, pero no más tiempo. Cuando se lo dedicamos a una persona, le entregamos una porción de nuestra vida, porque el tiempo es vida.
La pareja de ancianos.
Una mañana agitada, muy temprano, un señor mayor, de unos ochenta años, llegó al hospital para que le retiraran los puntos de su dedo pulgar, que se había herido en un accidente doméstico. El señor dijo que estaba apurado porque tenía una cita a las nueve en punto. El doctor, sabiendo que había muchos pacientes esperando, le pidió que tomara asiento, suponiendo que quizá pasaría más de una hora hasta poder atenderlo. Algunos minutos después lo vió mirando su reloj una y otra vez, en una actitud nerviosa y decidió no hacerlo esperar más. Lo llamó y examinó su herida. Mientras lo curaba le pregunto si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía tan apurado; el señor le dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico para desayunar con su esposa. El doctor le consultó sobre la salud de ella y el anciano le respondió que ella hacía tiempo que estaba allí, ya que padecía Alzheimer. El médico le pregunto entonces si pensaba que ella se enfadaría si llegaba un poco tarde y el anciano le respondió que hacía años que ella ya no podía reconocerlo. El doctor, sorprendido, no pudo evitar hacer otra pregunta: -"Y usted sigue yendo cada mañana, aún cuando ella no sabe quién es usted? El paciente lo miró y con una sonrisa melancólica le dijo: -"Ella no sabe quien soy... pero yo aún sé quien es ella, y voy a verla cada día por una sola razón; porque la amo".
(No sé quién es el autor, pero en cuanto lo sepa, obviamente lo escribiré aquí).
(No sé quién es el autor, pero en cuanto lo sepa, obviamente lo escribiré aquí).
Sabes...
Sabes mi nombre, mas no mi historia; has oído sobre lo que he hecho, más no sabes lo que he pasado; sabes donde estoy, más no de donde vengo; me ves riendo, más no sabes lo que he sufrido...
Deja de juzgarme. Saber mi nombre no implica que me conozcas.
Deja de juzgarme. Saber mi nombre no implica que me conozcas.
lunes, 2 de octubre de 2017
Aprender a volar
El rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que las entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de ellos estaba perfectamente adiestrado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía. No se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio; a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí. El rey mandó llamar a los curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el ave continuaba inmóvil. Publicó por fin, un edicto entre sus súbditos y a la mañana siguiente vio al halcón volando por los jardines.
-¡Traedme al autor de este milagro ! - Dijo el rey.
Enseguida le presentaron a un campesino.
-¿Tú hiciste volar al halcón?, ¿Cómo lo hiciste?, ¿Eres mago acaso...?
Entre feliz e intimidado, el hombre solo le explico:
-No fue difícil su alteza, sólo le corte la rama en la que estaba siempre parado. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y ¡se largo a volar !
-¡Traedme al autor de este milagro ! - Dijo el rey.
Enseguida le presentaron a un campesino.
-¿Tú hiciste volar al halcón?, ¿Cómo lo hiciste?, ¿Eres mago acaso...?
Entre feliz e intimidado, el hombre solo le explico:
-No fue difícil su alteza, sólo le corte la rama en la que estaba siempre parado. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y ¡se largo a volar !
¿Cómo es este pueblo?
Cuenta que un día un anciano estaba sentado al pie de un árbol, en las afueras de la aldea, cuando llegó un desconocido que le preguntó:
-¿Cómo es la gente en este pueblo?
-¿Cómo era la gente de la última aldea en que usted vivió?- respondió el anciano con otra pregunta.
-¡Era amabilísima, allí fui muy feliz! Todos eran bondadosos tal era su generosidad que nunca dejaban de ayudar a quien veían en apuros...!
-Ya comprobara usted que aquí la gente es muy parecida a esa.- Respondió el anciano.
Al día siguiente, otro desconocido, se detuvo a hablar con el viejo.
-¿Qué tal es la gente en este lugar?- pregunto el desconocido.
-¿Cómo se portaba la del último pueblo donde usted estuvo? - le pregunto a su vez el viejo.
-¡Era un pueblo terrible, todos eran egoístas y viles. Allí no había nadie dispuesto a ayudar a nadie.
-¡Pues temo que aquí, usted hallará lo mismo?.
-¿Cómo es la gente en este pueblo?
-¿Cómo era la gente de la última aldea en que usted vivió?- respondió el anciano con otra pregunta.
-¡Era amabilísima, allí fui muy feliz! Todos eran bondadosos tal era su generosidad que nunca dejaban de ayudar a quien veían en apuros...!
-Ya comprobara usted que aquí la gente es muy parecida a esa.- Respondió el anciano.
Al día siguiente, otro desconocido, se detuvo a hablar con el viejo.
-¿Qué tal es la gente en este lugar?- pregunto el desconocido.
-¿Cómo se portaba la del último pueblo donde usted estuvo? - le pregunto a su vez el viejo.
-¡Era un pueblo terrible, todos eran egoístas y viles. Allí no había nadie dispuesto a ayudar a nadie.
-¡Pues temo que aquí, usted hallará lo mismo?.
Un poco de humor...
Apodos para amigos o compañeros:
Chicle (no lo traga nadie)
Filo de sartén (sirve para romper los huevos)
Huevo de heladera (se pasa el día en la puerta)
Seco de vientre (se sienta y no hace nada)
Aguarrás (de lejos parece solvente)
Cañita voladora (sin la botella no va para ningún lado)
Mes de Enero (Ni un solo día fresco)
Mosquito (para que deje de chupar hay que matarlo)
hay más, muchos más... pero lo dejo para otro día !!!
Chicle (no lo traga nadie)
Filo de sartén (sirve para romper los huevos)
Huevo de heladera (se pasa el día en la puerta)
Seco de vientre (se sienta y no hace nada)
Aguarrás (de lejos parece solvente)
Cañita voladora (sin la botella no va para ningún lado)
Mes de Enero (Ni un solo día fresco)
Mosquito (para que deje de chupar hay que matarlo)
hay más, muchos más... pero lo dejo para otro día !!!
De profesión: Mamá !
(Una historia que me hizo llegar una amiga...)
Un día fui a sacar el registro de conducir y la oficial que tomaba los datos me preguntó cuál era mi ocupación. No supe como etiquetar mi trabajo de "madre" y que responder.
Al percatarse de esto, la oficial que tomaba los datos le dijo:
-"A lo que me refiero es a si usted trabaja o es una....."-
-¡Claro que tengo un trabajo - le contesté- Soy Mamá !
A lo que la oficial respondió "No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle...Ama de casa ! Fue la respuesta enfática de la oficial.
Había olvidado por completo esta historia, hasta que un día me paso exactamente lo mismo, colo que esta vez, en una oficina estatal. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura y tenía un título muy despampanante que decía: "Entrevistadora oficial".
-¿Cuál es su ocupación? - me preguntó ella.
¿Qué me hizo contestarle esto?, no lo sé, pero las palabras simplemente salieron de mi boca:
-"Soy una investigadora asociada en el campo del desarrollo infantil y relaciones humanas".
La funcionaria se detuvo, la lapicera quedo congelada en el aire y me miro como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título lentamente, poniendo énfasis en las palabras más importantes. Luego observé asombrada como mi pomposo oficio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial.
¿Me permite preguntarle? - dijo la funcionaria con un aire de interés -¿Qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?
Con una voz calmada y pausada me escuche contestarle: "Tengo un programa continuo de investigación (¿qué madre no lo tiene...? en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como "adentro" y "afuera"). Estoy trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (¿Alguna madre esta en desacuerdo?) y usualmente trabajo catorce horas diarias (en realidad son más, son como veinticuatro). Pero el trabajo tiene muchos mas retos que cualquier trabajo sencillo y las remuneraciones, más que económicas, están ligadas al área de la satisfacción personal.
Se podía sentir un creciente grado de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario.
Una vez terminado el proceso, se levanto de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas al laboratorio, de 13, 7 y 3 años de edad. Arriba podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental, en el programa de desarrollo infantil de 6 meses de edad, probando un nuevo programa de patrón en focalización. Me sentí triunfante, ¡Le había ganado a la burocracia! había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que solo "una madre más". La maternidad... que carrera más gloriosa, especialmente cuando tiene un título en la puerta.
Un día fui a sacar el registro de conducir y la oficial que tomaba los datos me preguntó cuál era mi ocupación. No supe como etiquetar mi trabajo de "madre" y que responder.
Al percatarse de esto, la oficial que tomaba los datos le dijo:
-"A lo que me refiero es a si usted trabaja o es una....."-
-¡Claro que tengo un trabajo - le contesté- Soy Mamá !
A lo que la oficial respondió "No ponemos mamá como opción, vamos a ponerle...Ama de casa ! Fue la respuesta enfática de la oficial.
Había olvidado por completo esta historia, hasta que un día me paso exactamente lo mismo, colo que esta vez, en una oficina estatal. La funcionaria era obviamente una mujer de carrera, eficiente, de mucha postura y tenía un título muy despampanante que decía: "Entrevistadora oficial".
-¿Cuál es su ocupación? - me preguntó ella.
¿Qué me hizo contestarle esto?, no lo sé, pero las palabras simplemente salieron de mi boca:
-"Soy una investigadora asociada en el campo del desarrollo infantil y relaciones humanas".
La funcionaria se detuvo, la lapicera quedo congelada en el aire y me miro como si no hubiese escuchado bien. Repetí el título lentamente, poniendo énfasis en las palabras más importantes. Luego observé asombrada como mi pomposo oficio era escrito en tinta negra en el cuestionario oficial.
¿Me permite preguntarle? - dijo la funcionaria con un aire de interés -¿Qué es exactamente lo que hace usted en este campo de investigación?
Con una voz calmada y pausada me escuche contestarle: "Tengo un programa continuo de investigación (¿qué madre no lo tiene...? en el laboratorio y en el campo (normalmente me hubiera referido a lo anterior como "adentro" y "afuera"). Estoy trabajando para mi maestría (la familia completa) y ya tengo cuatro créditos (todas mis hijas). Por supuesto que el trabajo es uno de los que mayor demanda tiene en el campo de humanidades (¿Alguna madre esta en desacuerdo?) y usualmente trabajo catorce horas diarias (en realidad son más, son como veinticuatro). Pero el trabajo tiene muchos mas retos que cualquier trabajo sencillo y las remuneraciones, más que económicas, están ligadas al área de la satisfacción personal.
Se podía sentir un creciente grado de respeto en la voz de la funcionaria, mientras completaba el formulario.
Una vez terminado el proceso, se levanto de la silla y personalmente me acompañó a la puerta. Al llegar a casa, emocionada por mi nueva carrera profesional, salieron a recibirme tres de mis asociadas al laboratorio, de 13, 7 y 3 años de edad. Arriba podía escuchar a nuestro nuevo modelo experimental, en el programa de desarrollo infantil de 6 meses de edad, probando un nuevo programa de patrón en focalización. Me sentí triunfante, ¡Le había ganado a la burocracia! había entrado en los registros oficiales como una persona más distinguida e indispensable para la humanidad que solo "una madre más". La maternidad... que carrera más gloriosa, especialmente cuando tiene un título en la puerta.
Antes de hablar...
Antes de hablar, considera:
Primero, lo que tú dices.
Segundo, por qué lo dices.
Tercero, a quien se lo dices.
Cuarto, quien te lo ha dicho.
Quinto, las consecuencias de tus palabras.
Sexto, que provecho resultara de éstas.
Séptimo, quien escuchará lo que digas.
Primero, lo que tú dices.
Segundo, por qué lo dices.
Tercero, a quien se lo dices.
Cuarto, quien te lo ha dicho.
Quinto, las consecuencias de tus palabras.
Sexto, que provecho resultara de éstas.
Séptimo, quien escuchará lo que digas.
Palabras celtas.
Soy hijo de poesía,
poesía, hija de reflexión,
reflexión, hija de saber,
saber, hijo de búsqueda,
búsqueda, hija de gran conocimiento,
gran conocimiento, hijo de inteligencia,
inteligencia, hija de comprensión,
comprensión, hija de sabiduría.
poesía, hija de reflexión,
reflexión, hija de saber,
saber, hijo de búsqueda,
búsqueda, hija de gran conocimiento,
gran conocimiento, hijo de inteligencia,
inteligencia, hija de comprensión,
comprensión, hija de sabiduría.
Pensando un poco...
Me gusta disfrutar mi soledad cuando estoy en mi ausencia.
Me gusta doblar en sentido contrario las esquinas del olvido.
Me gusta cocinar guisos que llenen el vacío del alma.
Me gusta sembrar la semilla de la poesía para encender la llama del árbol de mi pensamiento.
Me gusta doblar en sentido contrario las esquinas del olvido.
Me gusta cocinar guisos que llenen el vacío del alma.
Me gusta sembrar la semilla de la poesía para encender la llama del árbol de mi pensamiento.
Como percibimos el mundo.
Las personas percibimos el mundo por tres canales distintos, como tres grandes áreas.
El canal "visual", el "auditivo" y el "kinestésico".
Todos tenemos los tres canales en forma potencial, pero en la mayoría de las personas predomina un canal por sobre el resto. Esto no quiere decir que se puedan desarrollar los que están menos ejercitados. Es más, lo ideal, es poder tener los tres bien desarrollados.
De acuerdo a qué canal predomina en la persona, ella posee características distintas.
La persona "visual", percibe el mundo en imágenes... habla en imágenes, piensa en imágenes, tiene memoria visual y cuando la imagen es luz, piensan y perciben a la velocidad de la luz.
Las personas "auditivas", percibe por lo que escucha; el sonido. Recuerdan charlas. Es aquel que nunca se olvida lo que le dijeron, habla en términos como "no me escuchas", son los que están lejos pero escuchan todo, hasta lo que se habla en la mesa de al lado.
Las personas "kinestésicas" perciben y recuerdan desde el "sentir", aquí se incluyen las emociones y los sentidos del tacto, sabor y olfato. Son aquellos que huelen un aroma y "recuerdan" algún hecho importante de sus vidas. En la memoria queda grabada la sensación de la experiencia vivida.
Lo importante de estas diferencias es que sabiendo cual es el canal que predomina en cada uno, nos facilita la comunicación con el otro.
Por ejemplo:
Al visual no le demos sermones... porque no se lo banca, no va a su ritmo. Es preferible escribirle una carta; si le pasa algo importante suele necesitar poner distancia para poder "ver" lo que sucede. En ese momento no le sirve un abrazo. Todos solemos darle al otro aquello que nos gustaría que nos den y quizá no tenemos en cuenta si eso es lo que el otro necesita.
De ahí (a veces), muchos de los conflictos (por ej.) de pareja como "necesitaba un abrazo y en lugar de eso puso distancia..." Quizá puso distancia porque cada ves que le pasa algo necesita que le den espacio para ver.
El canal "visual", el "auditivo" y el "kinestésico".
Todos tenemos los tres canales en forma potencial, pero en la mayoría de las personas predomina un canal por sobre el resto. Esto no quiere decir que se puedan desarrollar los que están menos ejercitados. Es más, lo ideal, es poder tener los tres bien desarrollados.
De acuerdo a qué canal predomina en la persona, ella posee características distintas.
La persona "visual", percibe el mundo en imágenes... habla en imágenes, piensa en imágenes, tiene memoria visual y cuando la imagen es luz, piensan y perciben a la velocidad de la luz.
Las personas "auditivas", percibe por lo que escucha; el sonido. Recuerdan charlas. Es aquel que nunca se olvida lo que le dijeron, habla en términos como "no me escuchas", son los que están lejos pero escuchan todo, hasta lo que se habla en la mesa de al lado.
Las personas "kinestésicas" perciben y recuerdan desde el "sentir", aquí se incluyen las emociones y los sentidos del tacto, sabor y olfato. Son aquellos que huelen un aroma y "recuerdan" algún hecho importante de sus vidas. En la memoria queda grabada la sensación de la experiencia vivida.
Lo importante de estas diferencias es que sabiendo cual es el canal que predomina en cada uno, nos facilita la comunicación con el otro.
Por ejemplo:
Al visual no le demos sermones... porque no se lo banca, no va a su ritmo. Es preferible escribirle una carta; si le pasa algo importante suele necesitar poner distancia para poder "ver" lo que sucede. En ese momento no le sirve un abrazo. Todos solemos darle al otro aquello que nos gustaría que nos den y quizá no tenemos en cuenta si eso es lo que el otro necesita.
De ahí (a veces), muchos de los conflictos (por ej.) de pareja como "necesitaba un abrazo y en lugar de eso puso distancia..." Quizá puso distancia porque cada ves que le pasa algo necesita que le den espacio para ver.
Gobiernos del mundo
Feudalismo:
Usted tiene dos vacas, su señor feudal toma la leche y le da dónde vivir.
Socialismo puro:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las mete en un corral con todas las demás. Le dice que cuide a las vacas y le da un vaso de leche.
Socialismo burocrático:
Sus vacas están bajo el cuidado de criadores de gallinas. A usted lo ponen a cuidar las gallinas de los que están cuidando sus vacas. El gobierno le da tanta leche y huevos, como lo dicta la regulación del país, que usted necesita.
Fascismo:
Usted tiene 2 vacas, el gobierno las toma, lo obliga a cuidarlas y le vende la leche.
Comunismo puro:
Usted comparte sus dos vacas con sus vecinos, entre ellos votan por quién es el mas apto para cuidar las vacas, quién tiene mas "necesidad" de la leche y quién tiene menos; mientras tanto, nadie trabaja, nadie recibe leche y las vacas mueren de hambre.
Comunismo ruso:
Usted tiene dos vacas. Usted las cuida pero la mafia se roba toda la leche y usted roba toda la leche que pueda vender en el mercado negro.
Perestroika:
Usted tiene dos vacas. Usted las cuida pero la mafia se roba toda la leche. Usted roba toda la leche que pueda vender en el mercado libre.
Comunismo camboyano:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las toma y a usted... ¡pum!
Dictadura:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las toma y usted va preso.
Democracia pura:
Usted tiene dos vacas, sus vecinos deciden que hacer con ellas.
Democracia representativa:
Usted tiene dos vacas, sus vecinos eligen a alguien que le diga que va a hacer con ellas.
Burocracia:
Usted tiene dos vacas, pero antes de todo, el gobierno regula qué les debe dar de comer y cuando las debe ordeñar, luego toma las dos vacas, mata a una, ordeña a la otra pero tira la leche, después lo hace llenar unos formularios y papeles para buscar la vaca "perdida".
Capitalismo:
Usted no tiene vacas, el gobierno no lo ayuda en nada y el banco no le da ni un centavo porque usted no tiene ninguna vaca.
Surrealismo:
Usted tiene dos jirafas, el gobierno le manda a recibir clases de armónica.
Mercantilismo:
Usted tiene dos vacas, pero no puede vender su leche porque toda venta esta legislada y la tiene que vender en el mercado negro o tomarla.
Republicano:
Usted tiene dos vacas, el gobierno le dice que hacer, nadie hace caso al gobierno, nadie hace nada. Mueren sus dos vacas.
Anarquía:
Usted tiene dos vacas, vende una, compra un toro y arma la fiesta.
Un poco de humor nunca esta de más...
Usted tiene dos vacas, su señor feudal toma la leche y le da dónde vivir.
Socialismo puro:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las mete en un corral con todas las demás. Le dice que cuide a las vacas y le da un vaso de leche.
Socialismo burocrático:
Sus vacas están bajo el cuidado de criadores de gallinas. A usted lo ponen a cuidar las gallinas de los que están cuidando sus vacas. El gobierno le da tanta leche y huevos, como lo dicta la regulación del país, que usted necesita.
Fascismo:
Usted tiene 2 vacas, el gobierno las toma, lo obliga a cuidarlas y le vende la leche.
Comunismo puro:
Usted comparte sus dos vacas con sus vecinos, entre ellos votan por quién es el mas apto para cuidar las vacas, quién tiene mas "necesidad" de la leche y quién tiene menos; mientras tanto, nadie trabaja, nadie recibe leche y las vacas mueren de hambre.
Comunismo ruso:
Usted tiene dos vacas. Usted las cuida pero la mafia se roba toda la leche y usted roba toda la leche que pueda vender en el mercado negro.
Perestroika:
Usted tiene dos vacas. Usted las cuida pero la mafia se roba toda la leche. Usted roba toda la leche que pueda vender en el mercado libre.
Comunismo camboyano:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las toma y a usted... ¡pum!
Dictadura:
Usted tiene dos vacas, el gobierno las toma y usted va preso.
Democracia pura:
Usted tiene dos vacas, sus vecinos deciden que hacer con ellas.
Democracia representativa:
Usted tiene dos vacas, sus vecinos eligen a alguien que le diga que va a hacer con ellas.
Burocracia:
Usted tiene dos vacas, pero antes de todo, el gobierno regula qué les debe dar de comer y cuando las debe ordeñar, luego toma las dos vacas, mata a una, ordeña a la otra pero tira la leche, después lo hace llenar unos formularios y papeles para buscar la vaca "perdida".
Capitalismo:
Usted no tiene vacas, el gobierno no lo ayuda en nada y el banco no le da ni un centavo porque usted no tiene ninguna vaca.
Surrealismo:
Usted tiene dos jirafas, el gobierno le manda a recibir clases de armónica.
Mercantilismo:
Usted tiene dos vacas, pero no puede vender su leche porque toda venta esta legislada y la tiene que vender en el mercado negro o tomarla.
Republicano:
Usted tiene dos vacas, el gobierno le dice que hacer, nadie hace caso al gobierno, nadie hace nada. Mueren sus dos vacas.
Anarquía:
Usted tiene dos vacas, vende una, compra un toro y arma la fiesta.
Un poco de humor nunca esta de más...
Otra leyenda (con moraleja)
Cuenta una antigua leyenda que en la edad media, un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor del crimen era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un chico expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar del terrible veredicto... ¡a la horca!.
El juez, complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del sel señor, vamos a dejar en manos de El tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y sera la mano de Dios la que decida tu destino".
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda "Culpable" y la pobre víctima aún sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El acusado respiro profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo tragó rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente ¿Qué hizo?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?
-"Es muy sencillo"- respondió el hombre- "es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué".
Con rezongos y bronca mal desimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja: "Sea creativo. Cuando todo parezca perdido, use la imaginación"
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar del terrible veredicto... ¡a la horca!.
El juez, complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:
"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del sel señor, vamos a dejar en manos de El tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente. Tú escogerás y sera la mano de Dios la que decida tu destino".
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda "Culpable" y la pobre víctima aún sin conocer los detalles se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El acusado respiro profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo tragó rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente ¿Qué hizo?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto?
-"Es muy sencillo"- respondió el hombre- "es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué".
Con rezongos y bronca mal desimulada, debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja: "Sea creativo. Cuando todo parezca perdido, use la imaginación"
sábado, 30 de septiembre de 2017
Un poco de humor (1), con moraleja...
Un señor va de cacería al Africa y se lleva a su perrito para no sentirse solo en ese lugar. Un día, ya en la expedición, el perrito, correteando tras unas mariposas, al alejarse del grupo se extravía y comienza a vagar solo por la selva. En eso ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda carrera. Al presentir que la pantera se lo va a devorar, rápidamente piensa que puede hacer. Viendo un monton de huesos de un animal muerto, empieza a mordisquearlos, entonces, cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:
"¡Ah..! ¡qué rica pantera me acabo de comer...!!!
La pantera lo alcanza a escuchar y frenando en seco, gira y sale despavorida pensando:
-¡Quién sabe qué animal será ése, no me vaya a comer a mi también!
Un mono que andaba trepado en un árbol cercano, y que había visto y oído la escena, sale corriendo tras la pantera para contarle cómo la engaño el perrito:
-¡Cómo serás de estúpida! Esos huesos ya estaban ahí, además es un simple perro !
El perrito alcanza a darse cuenta de la trastada que le hace el mono.
Después que el mono le conto a la pantera la historia de lo que vió, ésta, muy enojada, le dice al mono:
-¡Subite a mi espalda, vamos donde ese perro y veremos quién se come a quién !
Y salen corriendo a buscar al perrito; éste ve a lo lejos que viene nuevamente la pantera y esta vez con el mono chismoso.
-¿Y ahora que hago...? Piensa asustado, entonces en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto, y en cuanto la pantera está a punto de atacarlo de nuevo, el perrito dice:
-¡Maldito mono! hace como media hora que lo mande a traerme otra pantera y todavía no aparece !
La pantera miró al mono con gesto de resignación y luego se alejó.
MORALEJA:
"En momentos de crisis, sólo la imaginación es mas importante que el conocimiento".
procura ser imaginativo como el perro.
Evita ser estúpido como la pantera,
pero nunca seas tan turro como el mono.
"¡Ah..! ¡qué rica pantera me acabo de comer...!!!
La pantera lo alcanza a escuchar y frenando en seco, gira y sale despavorida pensando:
-¡Quién sabe qué animal será ése, no me vaya a comer a mi también!
Un mono que andaba trepado en un árbol cercano, y que había visto y oído la escena, sale corriendo tras la pantera para contarle cómo la engaño el perrito:
-¡Cómo serás de estúpida! Esos huesos ya estaban ahí, además es un simple perro !
El perrito alcanza a darse cuenta de la trastada que le hace el mono.
Después que el mono le conto a la pantera la historia de lo que vió, ésta, muy enojada, le dice al mono:
-¡Subite a mi espalda, vamos donde ese perro y veremos quién se come a quién !
Y salen corriendo a buscar al perrito; éste ve a lo lejos que viene nuevamente la pantera y esta vez con el mono chismoso.
-¿Y ahora que hago...? Piensa asustado, entonces en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto, y en cuanto la pantera está a punto de atacarlo de nuevo, el perrito dice:
-¡Maldito mono! hace como media hora que lo mande a traerme otra pantera y todavía no aparece !
La pantera miró al mono con gesto de resignación y luego se alejó.
MORALEJA:
"En momentos de crisis, sólo la imaginación es mas importante que el conocimiento".
procura ser imaginativo como el perro.
Evita ser estúpido como la pantera,
pero nunca seas tan turro como el mono.
La importancia del uso de la coma.
Ejemplos sobre la importancia del uso adecuado de la coma:
Una coma se puede interpretar como una pausa o inmediatez...
No, espere.
No espere.
Puede hacer desaparecer tu dinero...
23,4
2,34
Puede señalar triviales o crear héroes...
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.
Puede ser la solución o señal de la ruina...
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Puede cambiar una opinión...
No queremos saber.
No, queremos saber.
La coma puede condenar o salvar...
No tenga clemencia.
No, tenga clemencia.
Una coma hace la diferencia entre dos puntos de vista. Un ejemplo como ejercicio.
"Si el hombre supiese el valor que tiene la mujer se arrastraría en su búsqueda".
Si sos mujer, seguramente pondrías la coma después de "mujer"...
"Si el hombre supiese el valor que tiene la mujer, se arrastraría en su búsqueda".
Si sos hombre, seguramente pusiste la coma después de "tiene"
Si el hombre supiese el valor que tiene, la mujer se arrastraría en su búsqueda".
¡ Es como para tener en cuenta !
Una coma se puede interpretar como una pausa o inmediatez...
No, espere.
No espere.
Puede hacer desaparecer tu dinero...
23,4
2,34
Puede señalar triviales o crear héroes...
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.
Puede ser la solución o señal de la ruina...
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Puede cambiar una opinión...
No queremos saber.
No, queremos saber.
La coma puede condenar o salvar...
No tenga clemencia.
No, tenga clemencia.
Una coma hace la diferencia entre dos puntos de vista. Un ejemplo como ejercicio.
"Si el hombre supiese el valor que tiene la mujer se arrastraría en su búsqueda".
Si sos mujer, seguramente pondrías la coma después de "mujer"...
"Si el hombre supiese el valor que tiene la mujer, se arrastraría en su búsqueda".
Si sos hombre, seguramente pusiste la coma después de "tiene"
Si el hombre supiese el valor que tiene, la mujer se arrastraría en su búsqueda".
¡ Es como para tener en cuenta !
sábado, 23 de septiembre de 2017
Quien no te busca...
Hoy aprendí que quien no te busca no te extraña y que quien no te extraña no te quiere; que el destino determina quién entra en tu vida pero tú decides quien se queda; que la verdad duele una sola vez y la mentira cada vez que nos acordamos. Que hay tres cosas en la vida que se van y no regresan:
Las palabras, el tiempo y las oportunidades.
Por eso, valora a quien te valora y no trates como prioridad a quien te trata como una opción.
Las palabras, el tiempo y las oportunidades.
Por eso, valora a quien te valora y no trates como prioridad a quien te trata como una opción.
¿Por qué se grita?
Un día, un sabio pregunto a los alumnos...
¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los alumnos pensaron unos minutos...
-Porque perdemos la calma -dijo uno- por eso gritamos.
-Pero ¿Por qué gritar cuando la otra persona esta a tu lado? -preguntó el sabio- ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los estudiantes dieron algunas respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro, que finalmente explico:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar; para poder escucharse.
Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa distancia.
Luego el sabio preguntó:
¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? y él mismo respondió:
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿Por qué? porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Cuando se enamoran más aún ¿qué sucede? No hablan, sólo se susurran y se vuelven aún más cerca de su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Cuando discutan, no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancie más; llegará un día en que la distancia será tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los alumnos pensaron unos minutos...
-Porque perdemos la calma -dijo uno- por eso gritamos.
-Pero ¿Por qué gritar cuando la otra persona esta a tu lado? -preguntó el sabio- ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los estudiantes dieron algunas respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro, que finalmente explico:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar; para poder escucharse.
Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa distancia.
Luego el sabio preguntó:
¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? y él mismo respondió:
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente ¿Por qué? porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Cuando se enamoran más aún ¿qué sucede? No hablan, sólo se susurran y se vuelven aún más cerca de su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Cuando discutan, no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancie más; llegará un día en que la distancia será tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
Un poco de humor (2)
Esto es actitud para vender !
Un muchacho desocupado decide buscar trabajo en el shopping más grande que se conoce. Se entrevista con el gerente de recursos humanos y éste comienza preguntándole:
¿Tenés alguna experiencia en ventas?
-Si- responde el muchacho- Trabaje un tiempo vendiendo ropa...
El gerente sigue haciéndole preguntas hasta terminar la entrevista. El pibe le parece inteligente y decide contratarlo.
-Empezás mañana. A la hora del cierre te vengo a ver para saber como te fué...
El primer día de trabajo fue duro. Al cerrar el shopping, el gerente lo va a ver y le pregunta:
¿Cuántas ventas hiciste hoy?
-Una !
-¿Una sola?, nuestro personal hace en promedio 25 a 30 ventas al día. ¿De cuánto fue la venta?
- 450.000 pesos- Responde el muchacho.
¿ 450.000 pesos... pero qué le vendiste?
-Primero le vendí un anzuelo chico. Después un anzuelo mediano. Después uno grande. Después le vendí una caña de pescar. Después le pregunte a dónde iba a pescar y me dijo que a la laguna de Junín, así que le dije que necesitaría un bote, lo lleve a la sección de botes y le vendí uno nuevo, con motor fuera de borda (el más potente), ¿vió? pero me dijo que con su auto no podría llevar semejante bote, así que lo lleve a la sección de autos y le vendí una 4x4 con malacate...
El jefe visiblemente impresionado por las aptitudes del tipo, le pregunta:
-¿El tipo vino acá a comprar un anzuelo y vos le vendiste un bote y una 4x4?
A lo que respondió el muchacho:
No ! No... El tipo vino a comprar tampones para su señora y yo le dije: Maestro, ya que tiene jodido el fín de semana... ¿por qué no se va a pescar?
Un muchacho desocupado decide buscar trabajo en el shopping más grande que se conoce. Se entrevista con el gerente de recursos humanos y éste comienza preguntándole:
¿Tenés alguna experiencia en ventas?
-Si- responde el muchacho- Trabaje un tiempo vendiendo ropa...
El gerente sigue haciéndole preguntas hasta terminar la entrevista. El pibe le parece inteligente y decide contratarlo.
-Empezás mañana. A la hora del cierre te vengo a ver para saber como te fué...
El primer día de trabajo fue duro. Al cerrar el shopping, el gerente lo va a ver y le pregunta:
¿Cuántas ventas hiciste hoy?
-Una !
-¿Una sola?, nuestro personal hace en promedio 25 a 30 ventas al día. ¿De cuánto fue la venta?
- 450.000 pesos- Responde el muchacho.
¿ 450.000 pesos... pero qué le vendiste?
-Primero le vendí un anzuelo chico. Después un anzuelo mediano. Después uno grande. Después le vendí una caña de pescar. Después le pregunte a dónde iba a pescar y me dijo que a la laguna de Junín, así que le dije que necesitaría un bote, lo lleve a la sección de botes y le vendí uno nuevo, con motor fuera de borda (el más potente), ¿vió? pero me dijo que con su auto no podría llevar semejante bote, así que lo lleve a la sección de autos y le vendí una 4x4 con malacate...
El jefe visiblemente impresionado por las aptitudes del tipo, le pregunta:
-¿El tipo vino acá a comprar un anzuelo y vos le vendiste un bote y una 4x4?
A lo que respondió el muchacho:
No ! No... El tipo vino a comprar tampones para su señora y yo le dije: Maestro, ya que tiene jodido el fín de semana... ¿por qué no se va a pescar?
Un poco de humor (1)
Que es el éxito de los 3 a los 85 años
A los 3 años... no mearse encima
A los 6 años... recordar lo hecho en el día
A los 12 años... tener muchos amigos
A los 18 años... tener el registro de conductor
A los 20 años... tener relaciones sexuales
A los 35 años... tener mucho dinero
A los 50 años... tener mucho más dinero
A los 65 años... tener relaciones sexuales
A los 70 años... tener el registro de conductor
A los 75 años... tener muchos amigos
A los 80 años... recordar lo hecho en el día
A los 85 años... no mearse encima
A los 3 años... no mearse encima
A los 6 años... recordar lo hecho en el día
A los 12 años... tener muchos amigos
A los 18 años... tener el registro de conductor
A los 20 años... tener relaciones sexuales
A los 35 años... tener mucho dinero
A los 50 años... tener mucho más dinero
A los 65 años... tener relaciones sexuales
A los 70 años... tener el registro de conductor
A los 75 años... tener muchos amigos
A los 80 años... recordar lo hecho en el día
A los 85 años... no mearse encima
sábado, 9 de septiembre de 2017
La esperanza y salud mental
El paranoico asegura que el dejo el vaso vacío y el señor del auto rojo que lo sigue todo el día, entro a su casa y lo lleno; el esquizofrénico esta convencido que el vaso lo lleno el con la mente por orden de las voces; el fóbico no se anima a mirar el vaso siquiera; la histérica quiere que le llenen el vaso pero cuando se lo dan lleno, ya no lo quiere mas; el obsesivo se pregunta si es culpa suya que el vaso este vacío y duda se debería llenarlo; al cínico no le importa si el vaso esta vacío o lleno, ni siquiera le importa el vaso, se ríe de todo; el optimista no ve vasos vacíos, ve la oportunidad de llenarlos; igual el pesimista, solo que este no cree que sea posible llenarlos; y como dijo el maestro, la esperanza esta llena de vasos vacíos.
(Gracias Marcela Groppa por volver a colaborar en este blog)
(Gracias Marcela Groppa por volver a colaborar en este blog)
sábado, 10 de junio de 2017
Tipos de lectura para abordar un texto
(una explicación básica para estudiantes jóvenes)
Cuando leemos un texto
debemos realizar, por lo menos, tres tipos de lectura:
1) Lectura exploratoria global: Con el fin de obtener una visión
panorámica general de la totalidad del texto que se quiere abordar.
2) Lectura de inspección previa: esta lectura consiste en una
observación detallada de las diferentes partes del texto, es decir: títulos,
subtítulos, apartados, ítems, y todas aquellas “marcas” que el texto puede
ofrecernos para la búsqueda y comprensión de su contenido. Mediante esta
lectura nos proponemos lograr:
a)
Detectar y registrar
las distintas grandes partes de significación mediante la percepción de las “señales
explícitas” que nos brinda el autor.
b)
Detectar y registrar los conceptos, las ideas
y las zonas que resultan más oscuras o confusas a simple vista.
c) Elaborar un esquema del
texto.
Títulos
Subtítulos
Negritas
Tamaños diferentes
Items marcados con
números o letras
Cursivas y entrecomillados
Subrayados
Cuadros o gráficos
Figuras o fotos
Citas o llamadas
Referencias a autores
3) Lectura profunda de un párrafo: comienza aquí la lectura
definitiva que nos tiene que entregar una comprensión del texto. Para ello
debemos trabajar con:
Cada párrafo en
particular.
Intentar comprender los
conceptos del contexto.
Determinar lo más
importante del texto.
Interrogar al texto
buscando las respuestas que necesitamos.
Tratar de encontrar los
conceptos e ideas del autor.
Podemos encontrarnos con
dos tipos de textos que, al variar en su configuración, nos harán variar en la
forma de abordarlos:
Texto sábana: tiene menos
señales explícitas dadas por el o los autores y es necesaria una lectura
profunda para ir reconociendo las partes más importantes del texto, aquellas
marcas o señales implícitas. (no tienen diálogo).
Texto didáctico: muestra
una mayor cantidad de señales explícitas y tiene más organizada y estructurada
a simple vista. (títulos, negritas, subtítulos, guiones, subrayado, numerados).
Metodología
de estudio
La utilización de las
diferentes técnicas de estudio se transforman en una herramienta fundamental
para el estudiante. Conocer la mejor forma de abordar un texto y poder extraer
de él su idea principal, comprender plenamente su significado y, como paso
seguido poder conceptualizar y verbalizar, constituyen la mejor forma de
acceder a la información que desde las diferentes cátedras, la universidad le
brinda al estudiante.
Técnica del subrayado:
El subrayado del texto a
estudiar es el primer paso en el contacto con dicho texto. No se puede comenzar
a estudiar si el lector no pone en el texto sus propias marcas y no comunica
con el subrayado cuales van siendo las ideas más importantes que se encuentran
en el texto.
Para reconocer cuales son
las ideas principales que aparecen en un texto hay que tener en cuenta el
título y el subtítulo correspondiente. El subrayado consiste entonces en buscar
cuál es la idea central que el autor desarrolla sobre ese tema puntual.
Para ayudar a comprender
mejor como se realiza la técnica de subrayado, les doy algunas pautas básicas.
A) Subrayar la menor
cantidad posible de palabras. El total del texto subrayado no debe superar el
25% del total.
B) Utilizar una línea
continua o la marca de un resaltador.
C) Buscar las palabras
imprescindibles para comprender la idea principal del texto.
D) Mantener un criterio
uniforme durante todo el trabajo con un texto.
¿Te resultó de interés esta nota? En los próximos días seguiré escribiendo sobre este tema que puede ser muy útil para estudiantes secundarios.
lunes, 5 de junio de 2017
El frasco
Un profesor delante de su clase de filosofía, sin decir una palabra, tomó
un frasco grande y vacío y procedió a llenarlo con pelotitas de golf. Luego le
pregunto a sus alumnos si el frasco estaba lleno. Los estudiantes dijeron que
sí. Sin decir palabra, el profesor tomó una bolsa de bolitas de vidrio y la
descargó dentro del frasco, las que cayeron entre los espacios vacíos que
dejaban las pelotas de golf. El docente volvió a preguntar a los alumnos si,
ahora, el frasco estaba lleno a lo que los alumnos volvieron a decir que sí.
Seguidamente, el hombre tomo una caja con arena y la vació dentro del frasco;
por supuesto la arena lleno todos los espacios vacios, así que el profesor
volvió a preguntar si el frasco estaba lleno, a lo que los estudiantes
volvieron a responder de manera unánime que sí;
para todos, el frasco, ahora sí, estaba lleno. A continuación, el
profesor agarró la taza de café que
había estado bebiendo y arrojó el
contenido dentro del frasco. El líquido ocupo los espacios vacíos que quedaban
entre la arena. Ahora los alumnos se reían. Cuando la risa se termino, el
docente les dijo:
“Quiero que se den cuenta de que este frasco representa la vida. Las
pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la
salud, los amigos, todo lo que te apasiona.
Son cosas que, aún si todo lo demás lo perdiéramos y sólo estas
quedaran, nuestras vidas aún estarían
llenas. Las bolitas de vidrio son las otras cosas que importan, como el
trabajo, la casa, el auto etc. La arena es todo lo demás, las pequeñas cosas.
Si pusiéramos en el frasco primero la arena, no habría lugar para las
bolitas de vidrio ni para las pelotas de golf. Es lo que ocurre con la vida. Si
gastamos nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca tendremos lugar
para las cosas importantes. Presten atención en las cosas que son cruciales
para su felicidad. Jueguen con sus hijos, tómense tiempo para ir al médico,
salgan con su pareja a cenar, practiquen su deporte o hobbie favorito,… siempre
habrá tiempo para limpiar o reparar la casa. Ocúpense de las pelotas de golf,
de las cosas de verdadero valor, las que realmente importan. Establezcan sus
prioridades porque el resto es sólo
arena”.
La langosta
La langosta es un animal suave y pulposo que vive dentro de un caparazón rígido.
Este no se expande, entonces ¿Cómo puede crecer ? Mientras la langosta crece el
caparazón se vuelve un gran limitante y comienza a sentirse bajo mucha presión
e incómoda; es en esa situación cuando se oculta debajo de una formación de
piedras para protegerse a sí misma de
los depredadores, porque deja su caparazón para producir uno nuevo.
Eventualmente, ese caparazón también se vuelve muy incomodo a medida que el
animalito sigue creciendo; regresa
debajo de las piedras para volver a cambiar y en el transcurso de su vida repite esto
varias veces.
El estímulo que permite a la langosta crecer es sentirse incómoda. Ahora,
si las langostas tuvieran doctor nunca crecerían porque en el momento en
que se sienta incomoda va al médico y
consigue un valium o un percocet y todo se siente bien, nunca se quita el
caparazón. Observando este accionar en
detalle, debemos darnos cuenta que los “tiempos de estrés” también son tiempos
que representan señales para el crecimiento, y si utilizamos la adversidad de
manera correcta podemos crecer a través de la ella.
(no sé quien es el autor, pero ni bien lo sepa, obviamente, escribiré sus datos al pie de esta nota).
domingo, 28 de mayo de 2017
Conflicto y problema
La mayoría de ocasiones en las que nos enfrentamos a
problemas interpersonales, la falta de éxito en la resolución es tan solo una
cuestión de “definición”.
Cuando nos enfrentamos a una situación difícil,
nuestras emociones negativas se disparan y a veces nublan todo aquello que sí
es importante, conduciéndonos a la total paralización frente a la dificultad.
De repente nos sentimos atrapados, ahogados, no encontramos soluciones pero… ¿frente a qué estamos?
¿Sabes lo que es un conflicto?
Se trata de dos puntos de vista (mínimo) diferentes
frente a una misma situación. No es más que eso. Por lo tanto… ¿Cuántos
conflictos atravesamos a lo largo de un día? Los conflictos nos rodean, viven
con nosotros, son parte del ser humano y además son una potente fuente de
aprendizaje… si están bien enfocados.
Como diría Freud: “Si dos individuos están
siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por
ambos”. El comportamiento agresivo-pasivo en la pareja
Por lo tanto, tenemos que aceptarlos y saber
gestionarlos. Pero, ¿cuál es la solución de un conflicto? Lo obvio a
veces es lo más importante: la resolución de un conflicto es tan simple y tan
compleja como “llegar a un acuerdo”.
A veces nos enroscamos en discusiones eternas
que no llevan a ninguna conclusión, solo por tener “la razón”, cuando en la
mayoría de ocasiones “la razón” es totalmente secundaria, casi todos los
conflictos a los que nos enfrentamos puede ser resueltos mediante un acuerdo.
Los acuerdos implican que las dos partes, hay
que hacer hincapié: las dos, deben renunciar a algunos conceptos, a alguna
prioridad, para conseguir el bien común. Toda resolución acarrea consecuencias,
pero esas consecuencias no invalidan el acuerdo, es decir: me enfrento,
negocio, y pierdo una parte a la vez que gano otra. La parte que pierdo es solo
una consecuencia, por lo tanto no tiene el poder de hacer tambalear el acuerdo.
Pero, ¿qué pasa si el conflicto es interno?
Parece más complejo pero en esencia es la misma estructura: tengo dos puntos de
vista diferentes frente a una misma situación, entonces, ¿qué pretendo? La
respuesta es la misma: sí, llegar a un acuerdo.
Para ello tengo que valorar alternativas y
adoptar una decisión, aunque ésta conlleve consecuencias que impliquen
pérdidas. Las pérdidas son asumibles, pues las ganancias se valoraron en
conjunto y el saldo salió positivo. Por lo tanto, ¿De qué sirven el autocastigo
o la autocrítica? De nada.
Es cuestión de aceptar y validar las
consecuencias. Al igual que en los conflictos que resolvemos de modo externo,
nos encontramos con ganancias y consecuencias que debemos aceptar, en los
conflictos internos ocurre lo mismo: la consecuencia es inherente a la
resolución, por lo tanto debemos aceptarla y no castigarnos con ella
contaminados por la emoción.
La resolución se lleva a cabo libre de emoción,
en frío y valorando las alternativas, por lo tanto la crítica que nos produce
la aceptación de consecuencias no solo es innecesaria sino que también es
evitable.
Pero… entonces, ¿qué es un problema?
Entendemos por problema una situación que se presenta
y que “en este momento” no tiene solución. Y, ¿qué hacemos? Volvemos a lo
obvio y no menos importante: buscar la solución. En este caso lo primero es
plantear una meta, dónde quiero llegar, cuál es mi objetivo, qué quiero
conseguir.
Una vez establecida la meta, ponemos en práctica
las posibles alternativas para llegar a alcanzar la solución de nuestro
problema, las valoramos, las sopesamos y entonces nos ponemos en marcha. Al
igual que en los conflictos la emoción actúa como enemigo paralizante.
La resolución a veces será sencilla y otras no,
pero no por ello deja de ser válida nuestra meta. El camino puede ser
difícil, pero seremos constantes si sabemos dónde queremos llegar.
No obstante al igual que aparecen dos tipos de
conflictos (internos vs. externos), nos encontramos con dos tipos de problemas:
los que tienen solución y los que no. Ya sabemos qué hacer con los primeros
pero, ¿qué pasa con los segundos?, ¿Podemos hacer algo?
La respuesta es sí, y se llama aceptación.
No podemos solucionar la pérdida de un ser
querido ni podemos recuperar algo que se nos perdió… pero sí podemos
aceptar la realidad y hacer más pequeño su impacto en nuestras emociones, sólo
así generaremos nuevas alternativas.
Cuando la solución es el problema
"Cuentan que una noche, un hombre que regresaba a
casa encontró a su vecino debajo de un farol como si estuviera buscando algo
que se le había perdido.
- ¿Qué te ocurre?, preguntó el recién llegado.
- He perdido la llave de mi casa y no puedo entrar,
contestó.
- Te ayudaré a buscarla.
Al cabo de estar buscando concienzudamente por los
alrededores del farol, el recién llegado pregunto a su vecino:
- ¿Estás seguro de haber perdido la llave aquí?
- No, perdí la llave allí, contestó señalando hacia un
rincón oscuro de la calle.
- ¿Y qué haces buscándola debajo del farol?
- Es que aquí hay más luz.”
En ocasiones, intentamos una y otra vez la misma solución,
aun cuando no nos da resultado.
¿No sería mejor optar por realizar algo
diferente?
Soluciones ineficaces
“Levantamos primero la polvareda y luego nos
quejamos de no poder ver” (Berkeley)
A menudo, la vida nos propone retos,
dificultades o problemas ante los que respondemos poniendo en marcha diversas
estrategias. Muchas de estas soluciones, resultan caducas para la situación
presente, ya sea porque han sido tejidas desde la inercia o porque conforman
antiguos patrones que resultaron eficaces en situaciones similares en el
pasado. Pero en ocasiones, el principio de “más de lo mismo” no produce
“sorprendentemente” el cambio deseado, sino que por el contrario, la solución
es el problema.
Por ejemplo, ante un problema de comunicación,
presionamos para hablar al otro como modo de solución, consiguiendo con esta
actitud que nuestro interlocutor se encuentre más incómodo y con menos ganas de
hablar. O si tenemos dificultades para dormir, intentamos forzarnos a nosotros
mismos a hacerlo mediante un acto de voluntad, con lo que únicamente
conseguiremos estar más despiertos. O nos fijamos metas inalcanzables en un
futuro ideal, que tan solo confirmarán nuestra creencia de que “no seremos
capaz”.
Así, vamos construyendo, ajenos a ello, un
círculo vicioso que se mantiene y retroalimenta gracias a aquello que
consideramos como la solución. Sin darnos cuenta, de que si lo interrumpimos,
si cortamos esa repetición sistemática, probablemente se mostraría la
resolución de la situación difícil ante nuestros ojos. Pero es nuestro afán y
nuestra persistencia por hacer desaparecer lo desagradable, lo que en la
mayoría de las situaciones mantiene y alimenta la dificultad.
Así, en determinadas circunstancias, los
problemas pueden surgir como resultado de un intento equivocado de cambiar una
dificultad existente. El intento de hacer un cambio en la situación, o bien
contribuye a acentuar el problema o constituye el problema en sí, como es el
caso del hombre que intentaba encontrar la llave debajo del farol porque había luz.
Su intento de solución era ineficaz, pero persistía una y otra vez, como si su
problema se fuera a solucionar por arte de magia. Cuando sería más apropiado
cambiar de estrategia.
La vida y sus retos, a veces, nos exigen
atención y en ocasiones nos sugieren lo contrario de lo que pensamos,
pidiéndonos serenidad, lentitud y atención en nuestras observaciones y
elecciones, que respiremos antes de actuar, familiarizándonos con la situación,
las sensaciones y los pensamientos, para permitir que desde nuestro interior
surjan las acciones precisas
(Una muy interesante nota, lamento no conocer al autor, el libro o la editorial para poder recomendartelo. Si encuentro alguno de estos datos, sin duda lo agregare).
sábado, 13 de mayo de 2017
El árbol
Brilló
el sol tibio. Como vergonzoso, intentaba desperezarse detrás de una nube… una
nube que podía tener forma de oveja o de ángel, que podía parecer una montaña o
una muñeca pálida y con trenzas. El viento fuerte que soplaba allá, muy alto, las transformaba
en todo aquello que uno deseaba ver.
Don
Beto se asomó por la ventana, con su sonrisa desdentada y una mirada nostálgica
y estudió detenidamente el panorama de una calle que aún no despertaba. Con sus
manos, ya torpes, cruzo sobre el pecho la bufanda negra, dejando cada extremo
bajo las axilas y luego se puso el grueso pullover negro. Ahora sólo faltaba la
campera de corderoy marrón que tenía desde hacía muchos años y la gastada boina
negra.
Su
paso era lento y a veces vacilante, pero siempre había una silla cerca, de la
que podía agarrarse por si acaso tuviera un tropiezo. La vista, que había
desmejorado mucho en los últimos años, aconsejaba no cambiar los muebles de
lugar porque, durante sus habituales caminatas nocturnas, podría llegar a
golpearse. “el orden implica seguridad…” afirmaba siempre.
Todos
los días se le hacían largos, sin embargo, sabía que a pesar de esto, las hojas
del almanaque caían cada vez más rápido, aunque eso, no por írónico dejaba de
ser cierto.
El agua de la pava soplaba y silbaba una nube
transparente de vapor, urgida por el fuego que la consumía; Don Beto tomo la
pava de la manija de madera negra, semi quemada por las veces que quedaba
inclinada sobre el costado y se recalentaba con la llama que se asomaba,
provocadora, por el lateral de aluminio abollado; y su mano de piel oscura,
gruesa y encallecida, no se inmutó por la temperatura. Se sirvió su
acostumbrado té con leche mientras su mente hurgaba el baúl de los recuerdos y
planificaba su nuevo día, que por cierto, no era uno cualquiera. El de hoy era
un día muy especial. En silencio desayuno tranquilo y entre sorbo y sorbo de la
taza, otra sonrisa le levantaba ligeramente las mejillas. Después de ordenar la
cocina, miró nuevamente por la ventana hacia la calle y pensó: “Ya es hora…”
Tomo
una vieja silla y la llevó, arrastrándole una pata, hasta la vereda. Volvió hasta el
patio por una escoba y pacientemente empezó a barrer; despejó de ramas y hojas todo el espacio que cubría su
añoso árbol, luego tomó asiento en lo que sería su improvisada escalera y se quedó allí, sólo…
esperando; solo esperando…durante horas.
Desde
el otro lado del cerco, lo observó su
vecino, quien intrigado por la actitud tan pasiva del viejito, le pregunto si
necesitaba algo, si le podía ser útil. El frío, pensó, no le haría bien a su
edad. Don Beto, agradecido, le contesto
que no precisaba nada, que nada mas tenía que esperar. Esperar. La cara
de desconcierto que despertó su respuesta lo llevó a ser un poco mas explicito
con sus palabras, que por cierto, nunca le faltaban.
“Este
árbol lo plante el dos de Mayo de 1933, a las cuatro de la tarde… no es
cuestión de memoria; lo plante con la ayuda de mi viejo el día que cumplí diez
años. El me dijo: ¡anota en alguna parte lo que hiciste este día ¡. Y así lo
hice, con un clavo, en el revoque de la pared… ¡ todavía se puede leer ! Hoy a las
cuatro de la tarde se cumplen setenta años… mire como está el pobre árbol, está
agotado, ya no da más… ¿se imagina cómo estará
por dentro ?, míreme a mí, se puede imaginar cómo estaré por dentro… En
ese árbol me trepé de chico para jugar y también para esconderme de alguna
paliza bien ganada, y en él hicieron lo mismo mis hijos y mis nietos; y de su
leña calentaba el agua en la cocina económica hasta que pudimos hacer la
cañería para conectar la garrafa, ¡esto fue poco tiempo después de instalar la
luz ! Un día, cuando me sentí vencido
por la vida, busqué y elegí su rama más gruesa y una soga… ¡qué época…! Y por
casualidad, vi que alguien, alguna vez, le ató un alambre en esa rama, que la
estaba lastimando, cortando. Pensé: ¿cuánto me dolería tener un alambre igual
en el brazo?. Así que fui a buscar las herramientas y se lo
quité; y tarde tanto que tuve tiempo de pensar : no te voy a lastimar también
con mis problemas… será otro día.
Eso
fue en 1972… ¡que año…!
Ya
pasó tanto tiempo… tanto pasó en este tiempo que ya pasó… ¡ y hoy cumplimos
años ! y decidí guardar dos recuerdos de mi árbol, como un regalo ¿sabe?. Voy a
esperar que caiga la primera hoja, después de las cuatro de la tarde para
guardarla. Esa será la más débil, la más la más inocente, la más ingenua; como
nuestros sentimientos más profundos, como el yo interior y escondido que cada uno tiene, necesitan ser
protegidos para que no se pierdan. Pero también voy a esperar la última hoja
que caiga de mi árbol. Esa será la más fuerte, la más astuta, la más hábil, la
de mayor voluntad; como aquello que necesitamos para proteger nuestra parte
frágil, siempre expuesta y vulnerable. A esa hoja hay que cuidarla, no hay que
perderla. Las dos hojas son los extremos de la vida que se tocan…”
La
última hoja finalmente cayó. El vecino preocupado y atento la observó caer en
un zigzag suave, sin el menor ruido, lenta y tímida, en paz, como la paz que
sentía don Beto; con la misma serenidad con que se detuvo la ambulancia frente
a la casa del viejito, quien sin perder su sonrisa desdentada, se llevo entre sus manos dos hojas y se perdió
atrapando sueños.
Rubén
Chamorro ´99
Una carrera desquiciada
El barrio donde vivía está compuesto por
varias manzanas dispuestas en torno a una plaza central con forma circular. La
plaza era tan pequeña que cuando iba a caminar a su alrededor, con sólo dar unos
pocos pasos ya completaba la vuelta a la misma y me pasaba a mí mismo.
Como fui educado para la auto superación y la competitividad, me volví muy exigente conmigo, así que al verme pasar a mi lado comencé a apurarme de tal modo que inmediatamente me puse a la par y volví a pasarme. Por supuesto que aceleré mis pasos y como consecuencia, volví a superarme.
Harto de verme sobrepasado por mí mismo, a pesar de los infructuosos esfuerzos por no dejarme vencer, me detuve exhausto. Cuánto más me apuraba, más rápido veía mi espalda frente a mí. No sabía si esto era un éxito o un fracaso. ¿Estaba ganando o perdiendo esta carrera desquiciada?
Como fui educado para la auto superación y la competitividad, me volví muy exigente conmigo, así que al verme pasar a mi lado comencé a apurarme de tal modo que inmediatamente me puse a la par y volví a pasarme. Por supuesto que aceleré mis pasos y como consecuencia, volví a superarme.
Harto de verme sobrepasado por mí mismo, a pesar de los infructuosos esfuerzos por no dejarme vencer, me detuve exhausto. Cuánto más me apuraba, más rápido veía mi espalda frente a mí. No sabía si esto era un éxito o un fracaso. ¿Estaba ganando o perdiendo esta carrera desquiciada?
Frustrado por la dificultad que encontraba
para vencerme, abandoné el barrio y me mudé a otro con una plaza enorme. Ahora
estoy corriendo alrededor de ella y aunque lo hago con toda la energía que dan mis piernas, no logro ni siquiera
verme en el horizonte. Ya nunca me alcanzo. Para mi tranquilidad y consuelo, al
mirar atrás, tampoco me veo seguir mis propios pasos.
He decidido ahora, caminar tranquilamente. Pero, por las dudas, cada tanto, me doy vuelta, si me veo venir, comenzaré a correr otra vez.
He decidido ahora, caminar tranquilamente. Pero, por las dudas, cada tanto, me doy vuelta, si me veo venir, comenzaré a correr otra vez.
Rubén Chamorro ‘16
Boyando en la ciudad – cuento 1: “El partido”
Debía llegar a
una reunión a las seis de la tarde, pero todavía faltaba mucho para esa hora. Camine
lentamente, cada vez más. Me detuve en cada puesto de diarios y revistas que
encontré, para leer las mismas tapas de los mismos diarios y de las mismas
revistas… deje que cada semáforo pasara dos o tres veces por el verde que me
habilitaba el paso y, aún así, el reloj casi no se movía. Lo ideal, lo lógico, lo
más cómodo, era tomar un colectivo para hacer el tramo de treinta y dos cuadras
que tenía por delante pero, ¿para qué?, si tenía tiempo de sobra. Caminar es
saludable y después de ese paseo, me sentiría más sano, más fuerte pero, seguramente,
también más cansado; para cuando esto último ocurrió, me sentí casi feliz de
encontrar una plaza. Banco de cemento ante mis ojos. Me senté mirando hacia la
avenida, pero enseguida me di vuelta para ver al grupo de pibes que jugaban a la
pelota en una canchita imaginaria, entre árboles y canteros. Los chicos tenían
entre siete y catorce años, según mi estimación. Al equipo de mi izquierda lo
llame “a”, y al de mi derecha “b”. Todos corrían detrás de la pelota naranja,
pequeña y un poco desinflada, sin hacer marcación “hombre a hombre” ni ninguna
táctica conocida. Todos la perseguían y la pedían entre risas, gritos y gestos
grandilocuentes. Sin peleas ni discusiones de ningún tipo. Sin embargo algo me
llamo la atención (siempre hay algo que me llama la atención); uno de los
chicos, de camperita blanca perfectamente manchada de tierra, a veces atacaba
hacia un lado y luego hacia el otro. Los empecé a contar y eran once en total.
Uno de los equipos ¿tenía un jugador menos?, sí y no. Tarde en darme cuenta de
cómo eran sus reglas de juego, que obviamente eran muy claras para todos y por
eso no se generaban peleas. El de blanco manchado jugaba para el equipo “a” y
atacaba con toda su habilidad, hasta que la pelota estuviera en manos del
arquero del “b”, o hicieran un gol, o la pelota saliera por atrás de la línea del
arco. A partir de ese hecho, empezaba a jugar para el otro equipo, y con la
misma energía, hasta que se repitiera la situación en el arco que, ahora era el
contrario. Una solución salomónica, consensuada, equilibrada, justa y
equitativa. Un “libero” total y literal. Jugaba para unos u otros
indistintamente logrando un balance ante la ausencia de un tal Chucho que,
según pude escuchar, hoy no pudo venir a jugar.
Los arcos no
eran lo más apropiados. El del equipo “b” estaba hecho con dos mochilas y el del "a" era una pila de buzos por un lado y un enorme pino por el otro.
Había otras
reglas que fui notando. No importaba quien estuviera atajando, si la pelota
venia de alto, el arquero saltaba extendiendo su brazo hacia arriba y si no la
tocaba, era: “alto”. Esto era por igual para todos, tanto cuando el que
oficiaba de guardameta era el más chiquitín como para el de mayor estatura; todos
sabían que saltar y no tocar el balón no era gol. El círculo central de la
cancha era el patio de la plaza, en cuyo centro había una base de ladrillos que
alguna vez sostuvo una escultura y a partir de ese punto se habrían veredas en
todas direcciones. Los árboles les permitía ocultar la pelota al ser marcado
por el defensor, interponiéndolo como un escudo, y la reja del cantero servía
para hacer el rebote y lograr el esquive que necesitaba el apremiado atacante.
El “lateral” no tenía una línea previamente fijada, no era en un lugar
específico; si se alejaban mucho del centro en cualquier dirección, alguien
decía ¡fuera, fuera! se discutía unos
segundos y se hacía el saque lateral.
Una paloma se
detuvo, en medio del espacio de juego, buscando algo que picotear. Era obvio
que ya conocía a los chicos y estos a la intrusa (que era más dueña del lugar
que ellos), porque todos la esquivaron varias veces sin molestarla y el ave no
se inmutaba ante sus corridas y bullicio.
Lo que me
resulto muy notorio fue que a nadie le interesaba demasiado hacer un gol. Eso
no era lo importante; lo que importaba era pisar la pelota, el esquive, tirar
el caño, el amague, el taquito, la jugadita de lujo… que no hacia enojar a nadie. Todo eso era pura
diversión. El enojo, los gritos y las discusiones las guardaban para el partido
del fin de semana en la canchita del club, ese si era un partido en serio; ahí
se defendía una camiseta, un equipo. La plaza es otra cosa. Lo de hoy, en este
lugar y a esta hora, es diversión y disfrute, nada más ni menos.
Finalmente,
algunos se cansaron, a otros los llamaron para cumplir con alguna
responsabilidad o compromiso y en pocos minutos el partido se diluyo entre
sonrisas y reclamos. Mire el reloj, mire la avenida y seguí mi caminata a
marcha lenta; era un buen momento para ir a tomar un café y que cada quien
continúe con su vida.
Rubén
Chamorro ’14
martes, 2 de mayo de 2017
Pá, Má, escuchenmé
(Es probable que
tu hijo te lo quiera decir pero no lo hace…)
No me des todo
lo que te pida. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo tomar.
No me des
siempre órdenes. Si en vez de ordenarme, a veces me pidieras las cosas,
yo lo haría más rápido y con más gusto.
No cambies tan a
menudo sobre lo que debo hacer. Decidite y mantené tu decisión.
Cumplí tus promesas, buenas o malas. Si me prometes
en permiso, dámelo, pero también si es un castigo.
No me compares
con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si me haces
lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir; y si me haces lucir pero que
los demás, entonces seré yo quien sufra.
No corrijas mis
faltas delante de nadie. Enseñame a mejorar cuando estemos solos.
No me grites. Te respeto
menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mi también; yo no quiero hacerlo.
Deja que me
valga por mí mismo. Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
No digas
mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por vos, aunque sea para
sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me decís.
Cuando yo haga
algo malo, no me exijas que te diga “por qué” lo hice. A veces, ni yo
mismo lo sé.
Cuando estés
equivocado en algo, admítelo y crecerá la opinión que tengo de vos. Me enseñaras a
admitir mis equivocaciones.
Tratáme con la
misma cordialidad y amabilidad con que tratas a tus amigos. Porque seamos
familia, eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa si vos haces otra. Aprenderé y hare lo que
vos hagas, aunque no lo digas, pero nunca lo digas y no lo hagas.
Cuando te cuente
un problema mío, no me digas “no tengo tiempo para tus pavadas” o “eso no tiene
importancia”. Trata de comprenderme y ayudarme.
Queréme y
decímelo. Me gusta oírtelo decir, aunque no lo creas necesario, y cuando
quieras, dame un abrazo porque también lo necesito y me gusta.
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