Mitología Celta (Resumen)
Una vez
lanzada a rodar, si una leyenda encuentra un eco positivo en los sentimientos y
necesidades populares, el hombre común la adopta y la embellece para su propia
satisfacción; la incorpora a su vivir cotidiano, la modifica, la pule, adapta
los personajes y su entorno a los tiempos que corren, cambia los ejes de
atención, amplia o reduce el protagonismo de los participantes y finalmente la
comenta y la transmite… pero, rara vez la pone en tela de juicio.
Con el paso
del tiempo, los pueblos se ponen en contacto entre si y comienzan a
intercambiar sus patrimonios culturales, y entonces sus temas, protagonistas y
costumbres, se mezclan, la leyenda deja de ser patrimonio de unos pocos para
pasar a ser una herencia de toda la humanidad.
La tradición
Celta, es una de las más ricas en lo que
respecta a mitos y leyendas, en toda la historia de la humanidad. Sus tramas
basadas en tradiciones que datan desde antes del siglo X a.c. hasta aproximadamente el siglo VII d.c. que
fue cuando se comenzaron a recopilar en forma escrita las primeras tradiciones
orales, abarcan infinidad de temas, entre las que se cuentan historias de
guerras y conquistas (como las narraciones de Tuan McCarrel) y proezas bélicas
de dioses, semi-dioses y héroes… y situaciones mágicas, hechizos, talismanes y
encantamientos. También abundan los personajes y objetos reales y míticos con
poderes y características preternaturales como los Tuatha de Danann, los
aterradores Formoré, Los dragones de Lludd y los gigantes como el rey Bran.
Si bien gran
parte de los mitos originales de la historia antigua de Erín se han perdido,
muchos de ellos han llegado a nuestros días gracias a un conjunto de “códices”
que mencione antes, que fueron recopilados entre los siglos VII y XII por un
grupo de monjes cristianos, a partir de las narraciones orales relatadas por
los escasos Filidh sobrevivientes de la época Druídica. Los sacerdotes Celtas
no pueden haber ignorado temas tan trascendentales para la comunidad humana
como la creación del mundo, el origen del hombre etc, sin embargo los druidas,
confinando la parte conceptual de estas informaciones al ámbito de los
iniciados, lograron restringir en el pueblo gran parte de la curiosidad y el
instinto de investigación. Como consecuencia de estas medidas, la literatura
celta más antigua que se conoce, no comienza por el origen del universo, como
en la mayoría de las culturas antiguas, sino por el nacimiento y la evolución
de las regiones y gobiernos involucrados.
Acerca de
estos manuscritos, cabe destacar que mientras en el resto de Europa la
comunidad cristiana ignoraba o despreciaba las creencias tradicionales, los de
la antigua Erín, optaron por preservarlas, pero muchas historias fueron
“cristianizadas” suprimiendo las referencias paganas, Se copiaron versiones con mucha fidelidad,
pero los personajes eran humanizados y ya no tenían poderes “mágicos”.
De esta
época, perduraron dos manuscritos principales: El Eireann y el Mabinogion.
De los
celtas nos llegaron muchos términos que todavía conocemos y utilizamos. El
término “hada” deriva de Fatum (destino), que se transformó en el francés Fee, del que
nacen las palabras inglesas Fey y Fairy, que en español dio origen a “feerico”
o sea: Lo relativo a las hadas”.
El término
“hada” tiene un significado muy amplio ya que involucra a todos los seres
elementales masculinos y femeninos que componen la familia de la “gente
pequeña”. Pero para unificar criterios se comenzó a utilizar el término “hada”
para las entidades femeninas: Sirenas, Elfinas, brujas, Banshees etc. Y Elfos
para nombrar los personajes masculinos: duendes, gnomos, murrughach, silfos y
otros. Los Elfos están divididos en varias especies, en cualquier caso no son
ni buenos ni malos, son criaturas extrañas, poseen un poder mágico
incomprensible para el hombre… no sienten ni piensan como los humanos y eso los
hace encantadores algunas veces y nefastos al minuto siguiente.
(Continuara…..)
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