martes, 5 de marzo de 2019

Gato

Gato llego a casa hace un par de años, o un poco más. Por el aspecto, era cachorrito, o como se diga; era chiquito. De gatos no sé nada y me interesa poco. Estoy grande para ocuparme de mascotas, dan mucho trabajo y no tengo paciencia para atenderlos, al menos de la manera que necesitan. Dicen que los gatos son muy independientes; si me voy tres o cuatro días, él se arregla de alguna manera, pero un perro no. Al perro me lo tengo que llevar o se lo tengo que dejar a alguien, metiendo en un problema a quien se  lo pida. El felino no da bola a nada, come y duerme; en cambio el perro juega, es divertido... pero uno u otro son un trastorno para mi. No quiero mascotas. Aún así, un día apareció "Gato", no le puse nombre. Todas las mañanas, las tardes y las noches, se plantaba frente a la puerta del patio y empezaba a maullar, y no paraba. Al sexto día, me asome y le dije: - ¡Toma, come esto y no molestes...! Creí que era una solución, pero... no se fue más.
Con el tiempo nos fuimos "amigando", yo sigo muy reacio, pero por lo menos no lo tengo que soportar haciendo ruidos en el medio del patio. Ahora se sienta delante de la puerta mosquitera, lo suficientemente cerca como para no poder abrirla sin empujarlo, y mira, y mira, y duerme, y duerme y mira... hasta que otra vez le pongo algo para comer, entonces sí, se va. Desaparece por unas pocas horas y vuelve a empezar la historieta.
Gato es persistente con su actitud pero me molesta que, a veces, le doy lo que quedo de mi almuerzo o cena y lo devora, y otras, ni lo prueba. Me hace perder tiempo y no le voy a comprar alimento en bolsa. Yo no quiero mascotas. Que buscarle un plato, que llevarle el alimento y volver a empezar.
Cuando estoy harto de Gato, y ya se me acaba la paciencia, me parece que lo presiente; se me acerca, roza su cabeza en  mi pantalón, haciéndose el bueno y amable. Come lo que le doy y estira su cabeza como para que lo acaricie, cosa que me niego a hacer, pero no lo rechazo, que entienda eso al menos. Sin embargo al día siguiente, me acerco y se aleja, le acerco la comida y el agua, y se queda agazapado como temeroso y listo para salir corriendo. No lo entiendo. Gato, en ocasiones, es casi inaguantable.
Gris oscuro, no mucho, con rayas negras a lo largo del lomo y la cola; un pelo corto como un gato cualquiera... es un gato absolutamente común, pero debe creer que es de una raza especial. Su bipolaridad me cansa.
El tiempo pasa, pero nunca entra en mi casa. Eso no. Bueno, alguna vez lo deje. Fue trotando por el pasillo, encontró una silla, se subió y se la apoderó. Muy a mi pesar, cada una de las pocas veces que lo deje entrar, hizo lo mismo. Creí en algún momento que esa sería su rutina, pero a veces se negaba a entrar y si no le ponía un alimento balanceado ¡no comía ! No le volví a comprar. Algunas veces lo notaba gordo y de andar pesado, y otras, estaba flaco y de un humor distinto. Si, Gato es bipolar. Casi tres años de esta relación molesta lo único que se modifico fue mi paciencia, que aumento y no sé por qué. Lo que tengo claro es que su actitud cambiante me harta, me cansa, me irrita. gato es un gato insoportable.
Una tarde lo vi muy flaco. Yo tenía que ir a comprar al mercado y pensé que sería un buen gesto comprarle una lata de atún. Seguramente le gustaría. Como no estaba en el patio, empecé a hacer ruido con su plato y le puse el contenido de la lata. De inmediato entre. Un par de minutos después escuché una pelea casi furiosa. Fui rápidamente, pensé que se habría metido algún perro... algo sucedía. Al abrir la puerta veo dos gatos. Iguales. Luchando por el atún, los separe de inmediato. Calmados los ánimos, uno se me acerco y paso su cabeza por mi pantalón, gordito y tranquilo, y el otro, flaco, como desconfiando de mi, se quedó agachado, casi dispuesto a salir corriendo, pero lentamente camino hasta la puerta y ahí se quedo sentado.
                                                                                                     R.C. 2019

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