Desconocemos qué
es la memoria y como funciona. El diccionario dice: “Es la facultad de la mente
de retener y evocar experiencias pasadas”. La memoria está relacionada a dos
procesos independientes: retención y evocación. Recordar significa evocar algo
previamente retenido; de ahí que sea sumamente importante aprender a “retener”,
ya que es inútil tratar de evocar algo que nunca se retuvo.
La facultad de
retener se desarrolla mucho antes que la de evocar y también es la primera en
degenerarse en la edad avanzada.
Probablemente no
exista un único sistema de memoria. Se realizaron muchos estudios en distintas
especies animales y éstos indican que puede haber varias maneras de organizar
la memoria. Por ejemplo, a un pulpo se le puede destruir quirúrgicamente la
memoria visual y esto no alteraría su memoria táctil. Según algunos autores,
existen buenas razones para creer que no hay un mecanismo único responsable de
codificar la información en el cerebro. En todo caso, se puede tratar de un
proceso multifacético.
La memoria tiene
un comportamiento muy extraño ya que almacena impresiones de tal manera que, a
algunas las recordamos perfectamente y otras las olvidamos por completo,
llegando a ser muchas veces, molestamente selectiva. Podemos recordar un poema
completo y no recordar una palabra en especial. ¿Dónde se almacenó esa palabra,
si no con todas las otras?
Tendemos a
recordar mejor cuando nos encontramos dentro del mismo contexto en que
estábamos cuando adquirimos la información. Es por esto que quienes investigan
un crimen, realizan la reconstrucción o dramatización de los hechos a quienes
estuvieron de alguna manera involucrados. Para una buena evocación es crucial
devolverlos al contexto original. Se ha demostrado también que el “estado-dependencia” es igual
de importante. Se pudo comprobar que si un bebedor empedernido esconde dinero o
una botella estando ebrio, no la podrá
encontrar estando sobrio, pero al volver
al estado de embriaguez, lo recordaría con exactitud.
Cuando registramos
y almacenamos una impresión, de cualquier tipo, se convierte automáticamente en
un recuerdo potencial, pero la zona donde se guarda la información hasta que se
la vuelva a necesitar es sumamente dinámica. Los recuerdos son gregarios y se
conocen entre sí como si el mismo acto de asociación fuera instintivo, juntándose
unos con otros para formar ideas que llamamos “inspiración”, volviendo a
nuestra conciencia de manera casi irreconocible. Sin embargo, sólo llegan a
esto si primero fueron registrados y almacenados de manera correcta; si no es
así, tienden a desaparecer.
David Berglas,
nacido en 1927, un psicoterapeuta muy calificado, políglota y multifacético, se
especializaba en el desarrollo de la memoria, explicaba a sus alumnos una
técnica muy sencilla para ejercitarla. Comenzaba diciendo:
-“voy a decir
una lista de palabras inconexas. Fíjense cuántas recuerdan. –Repollo, puerta,
avestruz, helicóptero, patineta, lápiz, gusano, almanaque, autopista, mentón,
lamparita, campanas”. Lo habitual es que
cualquiera pueda retener cuatro, cinco o seis palabras, pero para recordarlas
todas y en el mismo orden se debe utilizar una técnica. El secreto es hilvanar
una historieta que una cada palabra con la que sigue. Para eso es necesario
usar la imaginación y el poder de visualización. Cada uno haga su propia
historia, ésta es un ejemplo.
Imagínense una
plantación de repollos y en el centro de ella,
un repollo enorme, del tamaño de una casa.
(Hay que
visualizarlo, con pensar no alcanza. Véanlo en su mente).
Al ser del
tamaño de una casa, tiene una puerta,
de esa puerta sale un avestruz que tiene hambre y sabe dónde encontrar un lugar donde
hallar alimento, pero esta apurado por comer, por lo tanto salta a un helicóptero,
se va volando,
aterriza y sigue su búsqueda en una patineta,
hasta llegar al
lugar deseado, donde encuentra un lápiz,
lo toma con el pico y hace agujeros en la
tierra…(véan en su mente cada objeto y lugar),
su comida predilecta resulto ser un gusano, uno muy grande que apareció de uno de los
agujeros. Aquí hay un problema, ¿es época de gusanos?.
Entonces el
avestruz consulto con un almanaque
colgado en un poste y se da cuenta de que no es la época adecuada, pero todavía
tiene hambre y corre por la autopista a buscar comida.
Estaba tan
apurado que se lleva por delante un poste de luz y se golpea en el mentón,
Con tanta fuerza
que se le cae en la cabeza la lamparita que en él había.
Y como en toda
historieta, cuando alguien se golpea la cabeza, oye el ruido de campanitas.
Siempre se puede
inventar una historieta similar, que nos permita relacionar cualquier lista de
palabras. Cuando tenga que hacer la repetición de esa lista, rememore la
historia sin contarla y cada una de las palabras las podrá mencionar sin
fallas; es más, notará que podrá recordar los términos en el orden inverso.
Berglas, con una
técnica tan sencilla, consigue despertar la habilidad instintiva de recordar
cosas con la condición de que hubieran sido correctamente codificadas y
almacenadas. De esto se obtiene una fórmula que parece casi mágica:
M=V+A o sea: Memoria = Visualización + Asociación
Este tipo de técnicas, una de las que, de manera similar, utilizo para improvisar cuentos y relatos, permite reforzar
el modo de operación natural del cerebro. Es como el empujón que necesita un
auto sin batería para poder arrancar.
Dijo Leonardo da
Vinci en una de sus notas, que “el hierro se oxida por desuso, el agua
estancada pierde su pureza y en climas fríos se congela; del mismo modo, la
falta de acción debilita los vigores de la mente.”
Con un poco de
práctica se evita que la memoria se oxide, quede estancada o se congele.
Especialmente en estos tiempos de computadores, celulares “inteligentes” y
televisión ininterrumpida.
¿Te resulto
interesante esta nota?
Te recomiendo el
libro “La memoria, alcances insospechados”, de Berglas y Playfair, donde podrás
descubrir mucho más sobre este tema.
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