El chino y el japonés son
lenguas que sólo se parecen entre sí en que su escritura es ideográfica y en
que sus hablantes son xantodermos y de ojos rasgados. También tienen en común,
aunque esto es exógeno e incidental, el hecho de que nosotros no somos capaces
de diferenciarlos y los parodiamos y caricaturizamos como si fueran lo mismo.
El caso flagrante es el de la rotación de “r”
por “l” en la pronunciación de lenguas indoeouropeas.
La cosa es simple. Los japoneses tienden a rotar “r” por “l”. Los chinos no, en ningún caso.
O sea, los chinos no dicen “si lompe el vidlio
paga” En general es al revés, su dificultad en pronunciar la L, en posición
líquida o precedida de otra consonante, los hace rotar “l” por “r”; exactamente
al revés de los chistes que pueblan nuestros mundo mediatizado.
El chino puede cambiar “pueblo” por “puebro”,
“árbol” por “arbor”, pero jamás dirá “albol”, eso es pronunciación japonesa. Y
donde más dificultad tendrá será en pronunciar “pleito”, que rotará, aunque no
directamente a “preito” si no en realidad a “pereito” o, si ya lleva algún
tiempo de “paráctica”, a “peleito”; en suma, su dificultad tiene menos que ver
con la “l” que con los sonidos formados por dos consonantes, a los cuales
necesita intercalar una vocal muy breve.
Bueno, la cosa es algo más compleja, y bastante
interesante. La composición que hizo, hace mucho tiempo, Juana Molina sobre el
habla de los chinos en castellano fue impecable.
Lo que es seguro es que los chinos no hablan en
japonés. No, al menos, como primera lengua, ni menos aún como lengua de
transferencia al inglés o el castellano.
jueves, 29 de diciembre de 2016
martes, 27 de diciembre de 2016
A mis hijas.
No prometo, hija, impedir que tropieces ni estar pegado a ti para asistirte
en la caída. Te estorbaría mi excesiva protección, y te haría extremadamente
dependiente. Pero prometo estar ahí para cuidar tus raspones.
No prometo, hija, heredarte mi experiencia. No podría ser tuya. Tendrás que
adquirirla en carne propia. Pero prometo estar disponible cuando solicites mis
consejos.
No prometo, hija, solucionar tus problemas, aunque lo haría todo por ti. La
solución suele estar en tus manos y no en las mías, pero prometo ayudarte en lo
posible y escucharte cuando quieras desahogarte.
No prometo, hija, evitarte sufrimientos, no puedo cegarte a la realidad,
pero a veces sufrir es necesario para aprender a ser fuerte, pero prometo
ofrecerte mi hombro cuando necesites consuelo.
No prometo, hija, darte todo lo que quieras. En todo caso es mejor que
aprendas a dar. Los caprichos y las modas no son importantes pues se olvidan en
cuanto se consiguen, pero prometo hacer el mayor esfuerzo para darte lo
necesario.
No prometo hija, que serás tú el centro de mi atención, necesito también
atender otros asuntos por tu bienestar y el de toda la familia, pero prometo no
descuidarte y dedicar un tiempo especial solo para ti.
No prometo hija, caerte bien en todo momento, a veces no te gustara lo que
yo diga o haga, porque tengo la obligación de guiarte por el camino correcto.
Pero prometo no maltratarte ni humillarte cuando te corrija.
No prometo hija, que serás una niña mimada, a la larga te haría mucho daño.
Pero prometo que serás mi niña querida.
No prometo hija, estar a tu lado siempre. Soy mortal como cualquier humano.
Pero prometo enseñarte que existe un ser superior, que sí es eterno, a quien
podrás acudir siempre que quieras.
No prometo hija, ser un padre perfecto, pero prometo poner todo mi amor en
el intento.
(No conozco al autor/a)
martes, 20 de diciembre de 2016
Hay amigos
Hay amigos
eternos, amigos que son de piel y otros que son de piedra.
Hay amigos del
tiempo, de la escuela, del trabajo, de la facultad.
Amigos que se
aprenden, otros que se elijen y amigos que se aceptan.
Amigos del alma,
del corazón, de la sangre.
Hay amigos de
vidas pasadas, amigos para toda la vida, amigos que son más que amigos. Amigos
que son como hermanos y otros que son como padres.
Hay amigos que
se ven y otros que se escriben.
Por supuesto que
hay amigos que se van, que nos dejan; otros que vuelven y otros que siempre se
quedan.
Hay amigos
inmortales, amigos en la distancia.
Amigos que se
extrañan, que se lloran si se piensan.
Amigos que se
abrazan, que se miran.
Amigos del
pueblo, de noche y de día.
Hay amigos
hombres y amigas mujeres.
Amigos que
deliran y otros que son poetas.
Los hay para
hablarnos de todo, amigos con los que no hace falta decirnos nada.
Amigos nuevos, amigos
viejos, viejos amigos.
Hay amigos sin
edad, los hay gordos y flacos.
Hay amigos que
no siempre nos llaman y que no siempre llamamos, pero siempre están.
Amigos de hace
mucho tiempo, de poco tiempo, amigos de hace una hora y desde ahora.
Hay amigos que
dejamos ir, otros que no pueden venir, amigos que están lejos y amigos del
barrio.
Hay amigos de
las palabras, de la calle, de los bares.
Hay también
amigos invisibles, amigos sin lugar…
Amigos míos,
amigos tuyos, amigos nuestros. Amigos en común, amigos del teatro, de la
música.
Hay amigos que
están tristes, otros que están alegres, amigos que están en la luna y otros en
el cielo.
Todos,
todos los amigos tienen algo en común: son indispensables y los llevamos en el
corazón.
jueves, 1 de diciembre de 2016
Rapidez mental con humor (caso 2)
Un señor estaba
sentado en el avión al lado de una simpática nena. El hombre miro a la nenita y
le dijo: “Charlemos. He oído decir que los vuelos parecen menos largos si uno
conversa con la persona que tiene al lado”.
La niña, que
acaba de abrir un libro para ponerse a leer, lo cerró lentamente y dijo con voz
muy suave. “¿sobre qué le gustaría conversar?”
“Pues, no sé”,
dijo el hombre. “¿Qué tal física nuclear?” Y mostro una gran sonrisa.
“Bueno”, dijo
ella, “Ese parece ser un tema interesante, pero déjeme hacerle una pregunta
primero.. Un caballo, una vaca y un ciervo comen lo mismo: Pasto. Pero el
excremento del ciervo es como bolitas pequeñas, el de la vaca es una pasta y el
del caballo parece una pelota de pasto seco. ¿Por qué cree usted que sucede
esto?”
El señor,
visiblemente sorprendido por la inteligencia de la nena, lo pensó un momento y
luego dijo: “Hmmm, no tengo ni idea…”
A lo cual la
delicada y dulce nena contesta:
“¿De verdad se
siente calificado para discutir sobre física nuclear, cuando no puede opinar
sobre una mierda?”
Rapidez mental con humor (caso 1)
Un profesor esta
almorzando en el comedor de la universidad. Un alumno viene con su bandeja y se
sienta al lado del profesor.
El profesor,
altanero, le dice: “Un puerco y un pájaro no se sientan a comer juntos”
A lo que el
alumno contesta: “Entonces, me voy volando”. Y se cambia de mesa.
El profesor,
verde de rabia, decide aplazarlo en el próximo examen, pero el alumno responde
con brillantez a todas las preguntas, entonces le hace la siguiente pregunta:
“Usted está
caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro de ella hay un paquete con sabiduría y otro con mucho dinero ¿Cuál de los dos se lleva usted?
El alumno
responde: “El dinero”:
El profesor dice:
“yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría ¿no le parece?”
“Cada uno toma
lo que no tiene!” responde el alumno.
El profesor,
histérico ya, escribe en la hoja del examen “Idiota” y se la devuelve.
El alumno toma
la hoja y se sienta. Al cabo de unos minutos se dirige al profesor y le dice:
“Señor, me ha firmado la hoja pero no me puso la nota”
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