miércoles, 29 de junio de 2016

La narrativa: El cuento y la novela.

                                                   
Toda narración está dirigida a un auditorio, aunque el escritor no tenga presente a su interlocutor.
Este género es el que se basa en el relato de hechos, acontecimientos o sucesos, por lo que supone la existencia de un narrador que cuenta algo que ha sucedido. La función del narrador se fue modificando en el transcurso del tiempo, desde aquella primitiva épica del juglar o bardo (de aquí surge el término “bardero”) que cantaban o recitaban hechos heroicos. Con el acto de escribir, el relator se convierte en una figura creada por la ficción del autor.
En el hecho que se narra confluyen varios elementos estructurales que forman el mundo creado  por el escritor y que son: los personajes, el espacio, el tiempo y fundamentalmente, todas las acciones y acontecimientos.
En la actualidad, el cuento y la novela son las formas narrativas predominantes. Expresan hoy lo que en otros tiempos fue patrimonio de la epopeya, la crónica, de mitos, de las memorias, del folclore y también de las leyendas heroicas. Todas estas formas son generadoras de las dos especies literarias que, actualmente, son las de mayor difusión: Cuento y novela.

Las diferencias entre cuento y novela.
Al surgir en un mismo terreno, el cuento y la novela tienen puntos de contacto. Ambos proporcionan un conocimiento de la realidad y enriquecen al lector al multiplicar, a través de la ficción, sus experiencias vitales y al detectar en los personajes ficticios algunas claves de su propia vida. Otro punto de acercamiento, sobre todo en la narrativa actual, es el propósito de entretener e interesar al lector. Sin embargo, entre cuento  y novela existen diferencias fundamentales, tal como la extensión.
El carácter durativo de la novela permite un desarrollo argumental mucho más amplio, la inclusión de mayor cantidad de personajes, descripciones espaciales y temporales más detalladas, frente a la brevedad y concisión esenciales al cuento. La novela da una visión total, y más compleja, de sucesos heterogéneos. El cuento en cambio, enfoca un aspecto parcial de la realidad, pero con intensidad, y no admite una lectura interrumpida porque exige concentración; presentando una trama concentrada en tensión y peripecias para lograr un efecto único. Ni una palabra debe estar en el cuento si no responde a la necesidad de síntesis y unidad.  Su extensión no admite digresiones de espacio y tiempo ni multiplicidad de personajes.

(Continuara…)

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